El cielu por asaltu

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viernes, marzo 17, 2006

Las fuerzas paramilitares de izquierdas

Asturias, julio de 1936

En Asturias la organización paramilitar de la izquierda era una consecuencia de la Revolución de Octubre y estaba dividida en tres bloques: los grupos de defensa confederal de la CNT, las Juventudes Socialista dependientes del PSOE y las MAOC (Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas), pertenecientes al Partido Comunista.

Las MAOC contaban con un total de unos tres mil hombres en toda Asturias, siendo su plaza fuerte Gijón, que contaba con más de trescientos miembros. Estaban al mando de Antonio Muñiz, un obrero metalúrgico que fue su primer jefe después del estallido de la Guerra. Los grupos realizaban instrucciones preliminares en los prados en los que posteriormente se emplazó la fábrica de cristal “La Bohemia”. Aprendieron los movimientos básicos de despliegue, formación y manejos de armas, bajo la dirección de un camarada madrileño. Las escasas sesiones de tiro con fuego real las practicaron en la zona de Roces. La organización estaba dividida en escuadras de catorce o quince hombres cada una, teniendo al frente a un responsable político-militar. Entre éstos, destacarían en el comienzo de la Guerra Luis Bárzana, José Suárez “Planerías” y Somoza.

La punta de lanza del PSOE la constituían las Juventudes Socialistas que habían desfilado, unos meses antes del alzamiento, uniformadas y en actitud paramilitar ante Largo Caballero en Oviedo. En las Juventudes, el ala más radical y combativa estaba encabezada por Guzmán García, antiguo suboficial del Ejército, y por Antón Llaneza. Su organización se extendía por toda la Asturias minera y fabril y su centro estaba en las Casas del Pueblo. Pueden contabilizarse en unos quince mil hombres, que con la aportación de las masas del Partido Socialista y de la UGT llegaría a los veinte mil hombres. Su organización en escuadras era producto de su reciente experiencia militar de Octubre.

Los grupos de defensa confederal son los más difíciles de cuantificar, por la estructura secreta de los Comités de Defensa. Fueron mayoritarios en los núcleos anarquistas de La Felguera y Gijón, y abundantes en los pueblos de la costa. La muerte en Octubre de José María Martínez les había sustraído a su más importante hombre de acción, pero para sustituirle aparecieron Víctor Álvarez, Higinio Carrocera y Onofre García Tirador, que encabezarán a los milicianos de la CNT. Estos grupos se destacarían en el uso de la dinamita y su experiencia en el combate callejero hizo que fuesen el factor determinante en las luchas de Gijón. Puede darse como cifra indicativa de estos “milicianos” anarquistas la de cinco mil, pero sólo como número de referencia y atendiendo a la formación posterior de los batallones de la CNT. Su organización se componía de grupos de quince o veinte hombres que, agrupados, formarían las columnas iniciales. Carecían de armas largas para su entrenamiento, aunque la mayoría tenía recientes los combates de Octubre del 34, pero contaban con cerca de mil fusiles escondidos en la zona de La Felguera, en la cueva Las Peñas, en Llascares y Valdesoto.

Juan Antonio de Blas


Publicado en: Historia general de Asturias, tomo IX: La Guerra Civil (1ª parte); VVAA. Editor Silverio Cañada. Gijón, 1978.
Digitalización: El cielu por asaltu.

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