El cielu por asaltu

Recuperar la dignidá, recuperar la llucha. Documentos pa la hestoria del movimientu obreru y la clase obrera n'Asturies.

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sábado, marzo 18, 2006

En recuerdo de... Isidoro Acevedo

Isidoro Acevedo (1876-1952)

Periodista y novelista, Isidoro Acevedo nació en Luanco (Asturias) el 2 de enero de 1876. Muy joven, con apenas trece años, entró a trabajar en la imprenta de Regino Velasco en Madrid.

Como tipógrafo, formó parte de la Asociación del Arte de Imprimir de Madrid, que cobijaba a la mayor parte de los componentes de la Nueva Federación Madrileña y proporcionaba a sus miembros la cobertura legal necesaria para realizar actividades clandestinas políticas y de propaganda.

Se integró en el grupo de tipógrafos que redactaban El Socialista, máximo órgano de expresión del PSOE y en el que Isidoro Acevedo se formó política y literariamente, colaborando estrechamente con Pablo Iglesias.

La Nueva Federación Madrileña, defensora del marxismo, había surgido en 1872 a consecuencia de la escisión dentro de la Región Española de la I Internacional. El resultado de tal división fue la constitución de dos posturas opuestas; la socialista, defendida por la Nueva Federación Madrileña, y la anarquista, seguidora de los postulados defendidos por Bakunin.

La Asociación del Arte de Imprimir se convirtió en el núcleo del cual nació posteriormente el Partido Socialista Obrero Español, constituido legalmente en agosto de 1889 por Pablo Iglesias. Isidoro Acevedo fue nombrado seguidamente secretario del nuevo Partido, y actuó como tal en el mitin pronunciado en el Teatro Felipe de 1896.

Al mismo tiempo que colaboraba en el periódico, Isidoro Acevedo desempeñó varios cargos dentro del Partido y en la Asociación del Arte de Imprimir, hasta que, en el año 1898, se marchó a Santander en busca de trabajo y de nuevas expectativas.

En la capital cántabra Acevedo desplegó un gran trabajo extendiendo y organizando el movimiento obrero. En el año 1900 pasó a dirigir el periódico cántabro La Voz del Pueblo, sustituyendo en el cargo a Álvaro Ortiz, destacado dirigente obrero.

De Santander se trasladó a Bilbao, en el año 1905, para dirigir el periódico La Lucha de Clases, hasta el año 1910. Durante su estancia en Bilbao, Isidoro Acevedo tuvo una amplia y relevante actividad sindical y política en las filas del PSOE. Fue él, en compañía de Facundo Perezagua, quien dirigió la huelga convocada en las minas de Vizcaya en julio de 1910, obligando al gobierno reaccionario y conservador de Canalejas a firmar un acuerdo entre ambas partes por el que se aprobó el Proyecto de Ley para establecer la jornada de nueve horas en la minería, amén de una subida de los salarios para el sector.

El 11 de septiembre de 1911 se repitió otra huelga minera, pero esta vez sin el resultado positivo de la anterior, por lo que los sindicatos CNT y UGT fueron declarados ilegales. Ante semejante hecho, Isidoro Acevedo aconsejó al PSOE la retirada de la consigna huelguística de los postulados del Partido para así evitar su ilegalidad. Esta propuesta política fue aprobada por la dirección socialista de Madrid, el día 20 del mismo mes.

En Asturias pasó a dirigir el rotativo ovetense La Aurora Social. Durante su estancia en Oviedo se hizo cargo de la presidencia de la Federación Socialista Asturiana, hasta 1921. Allí participó activamente en la huelga del año 1917, en calidad de dirigente regional del PSOE y, por tanto, de la UGT, sindicato mayoritario en la región y concretamente en el pujante sector minero. La estrategia que siguió Acevedo, siempre con el beneplácito de la dirección central del Partido Socialista y del propio Pablo Iglesias, consistió en provocar el colapso total de la industria mediante el cierre de la minería asturiana y evitar, ayudado por el éxito del paro ferroviario, el abastecimiento de materias primas desde el extranjero.

A causa de sus actividades revolucionarias estuvo encarcelado varias veces.

Con el triunfo de la Revolución de Octubre, Acevedo se mostró desde un principio partidario de la adhesión del PSOE a la Internacional Comunista, pero su propuesta fue rechazada en el III Congreso Extraordinario del Partido Socialista, celebrado en abril de 1921. Por dicho motivo Acevedo abandonó el Partido Socialista para incorporarse al nuevo Partido Comunista de España.

Ya dentro del Partido Comunista, Isidoro Acevedo también desplegó un destacado papel, dirigiendo el periódico La Aurora Roja, órgano de la Federación Comunista Asturiana.

En 1922 asistió como delegado al IV Congreso de la Internacional Comunista. Gracias a ese viaje escribiría posteriormente el libro Impresiones de un viaje a Rusia, publicado en el año 1923.

Formó parte del Comité Central del Partido Comunista hasta el estallido de la Guerra Nacional Revolucionaria en 1936.

Al acabar la guerra se exilió en Moscú, donde fue presidente del Socorro Rojo Internacional, organización de masas creada por la Internacional Comunista con el objeto de dispensar ayuda a los presos, exiliados y perseguidos de todo el mundo.

Falleció en Moscú en 1952.

No obstante su dilatada trayectoria política, Isidoro Acevedo se interesó por el mundo literario. Escribió la novela Los Topos, cuyo argumento giraba en torno a la huelga minera asturiana del año 1927 realizada por el Partido Comunista contra el aumento de la jornada de trabajo. Con esta obra Isidoro Acevedo se situó dentro de la corriente de la literatura social, iniciada en España desde principios de siglo. También publicó en el año 1925 otra novela titulada Ciencia y corazón: la novela de la fidelidad conyugal.


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