Ramón González Peña
Ramón González Peña nació en Valduno (Las Regueras), en 1888, pero su familia se trasladó a vivir a Ablaña (Mieres) cuando él tenía muy pocos años. Pronto comenzó a trabajar en la mina y algún tiempo después alternaba el trabajo con los estudios de capataz en la Escuela de Facultativos de Minas de Mieres. En 1905 ingresó en el PSOE y al año siguiente fue uno de los despedidos por su participación en la llamada Huelgona que paralizó la Fábrica de Mieres en 1906. Colaboró con Manuel Llaneza en la creación del Sindicato de Obreros Mineros de Asturias (SOMA) y fue uno de sus propagandistas más entusiastas. Desempeñó la secretaría de la Agrupación Socialista de Mieres y tras la huelga revolucionaria de 1917 estuvo una temporada escondido. En 1919 fue elegido secretario del Comité Regional del Sindicato Minero, presidido por Llaneza, y enviado por la Federación Nacional de Mineros a la cuenca del Pueblo Nuevo del Terrible (Córdoba), donde existían sociedades obreras sin conexión entre sí. Realizó una intensa labor de propaganda en toda la cuenca minera de Córdoba, dando a conocer la experiencia del Sindicato Minero asturiano. Regresó a Mieres, y en 1921 fue nombrado secretario general de la Federación Nacional de Mineros. Algún tiempo después se trasladó a Huelva, a las minas de Riotinto, con la misma misión que la realizada en las minas de Peñarroya en Córdoba. A la muerte de Manuel Llaneza, se hizo cargo, junto con Amador Fernández y Belarmino Tomás, de la dirección del Sindicato Minero, sin abandonar su misión en Huelva. Allí estaba cuando se produjo la intentona republicana de diciembre de 1930 en Jaca, siendo detenido junto con el comité revolucionario y encarcelado. Al proclamarse la II República fue nombrado gobernador civil de esta provincia andaluza, cargo que desempeñó por poco tiempo. También fue diputado por Huelva en las tres Cortes elegidas durante la República. De regreso a Asturias, fue alcalde de Mieres y presidente de la Diputación provincial desde 1931 hasta fines de 1933, al tiempo que vocal en el Consejo Ordenador de la Economía Nacional. Como otros socialistas, tras la derrota de 1933 y el fin del bienio reformador, evolucionó hacia una izquierda revolucionaria, hasta el punto de ser uno de los principales dirigentes de la revolución de octubre de 1934. Para la prensa de la época y la derecha, fue considerado su máximo dirigente. Mandó la primera columna de revolucionarios que salió de Mieres para atacar Oviedo. Fracasada la revolución, permaneció algún tiempo escondido hasta que fue capturado en Ablaña, el 3 de diciembre de 1934. Sometido a Consejo de Guerra fue condenado a muerte. La conmutación de esa pena por la de cadena perpetua, suscitó airadas protestas en las filas de la derecha. Estuvo preso en el penal de Burgos y recobró la libertad tras el triunfo electoral del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, en las que fue elegido nuevamente diputado. Aureolado de gran prestigio militar por su papel en la revolución de 1934, durante los primeros meses de la Guerra Civil actuó como comisario de Guerra en Asturias. Más tarde fue elegido presidente del PSOE y desempeñó los cargos de comisario de Guerra del Ejército del Norte y ministro de Justicia (1938) en el Gobierno presidido por Juan Negrín. Al finalizar la guerra civil emigró a Méjico y permaneció alineado con el grupo de Negrín, situado al margen de la línea oficial del Partido Socialista en el exilio que representaba entre otros Indalecio Prieto. Falleció en la capital mejicana en agosto de 1952.
Publicado en: La Guerra Civil en Asturias, VVAA. La Nueva España / Cajastur, 2006.
Digitalización: El cielu por asaltu.
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