El cielu por asaltu

Recuperar la dignidá, recuperar la llucha. Documentos pa la hestoria del movimientu obreru y la clase obrera n'Asturies.

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domingo, mayo 20, 2007

La CNT hoy: el anarcosindicalismo no pacta

Ha llegado la hora de la verdad. Las centrales sindicales de obediencia partidista tratan de sustituir el movimiento asambleario por órganos representativos elegidos según una normativa pactada con el poder estatal. La C.N. T. ha denunciado el montaje. ¿Quién es esta insólita organización que irrumpe en el bien montado espectáculo de las elecciones sindicales?

Los trabajadores que hacemos BICICLETA pensamos, sin triunfalismo alguno, que las posibilidades de emancipación social de los pueblos ibéricos -quizá uno de los principales focos revolucionarios bajo el capitalismo multinacional, pese al control electoral que sobre ellos intentan ejercer actualmente el fascismo-reformado y la socialdemocracia-, dependen en gran medida del proceso reorganizativo anarcosindicalista.

Los análisis que aquí dedicamos a la realidad actual de la Confederación Nacional del Trabajo pretenden calibrar con exactitud la situación efectiva de esta organización en el contexto español actual; tratamos con ello de contribuir a romper el cerco de silencio informativo montado por la prensa burguesa y los medios oficiales, pero también de superar la propaganda apologética de las mismas publicaciones confederales. Nuestro Boletín no respetará las habituales normas burocráticas de «lavar la ropa sucia dentro de casa», porque pensamos que ante los trabajadores la C.N.T. no puede tener intimidad privada.

En números sucesivos iremos analizando con detalle temas candentes como: la situación contradictoria de los «Líderes» (históricos o recientes) en una organización que niega el dirigismo, pero que precisamente por su idiosincrasia, fuertemente individualista, puede fácilmente sucumbir a las tendencias informativas de la sociedad masificada a personalizar, como compensación, todo movimiento u organización en figuras destacadas. La proliferación de publicaciones cenetistas forman hoy una verdadera red de prensa obrera. Pero la ambigüedad de los planteamientos cenetistas ante la difícil cuestión de la violencia social y política, entre la legalización por el Estado monárquico y la solidaridad militante con los presos marginados, y otras cuestiones no menos complejas y de definición harto difícil, nos inspiran la necesidad de un objetivo esclarecimiento.

¿Quién teme a la asamblea obrera?

En este primer número recogemos la original posición de la C.N.T., llanera solitaria» que se opone al electoralismo que entre las centrales políticas y el Gobierno están negociando para colocar como camisa de fuerza que inmovilice al temido movimiento obrero asambleario. El horror al «vacío» de poder que produce la liquidación aparente de¡ verticalismo, tanto en las burocracias sindicales como en la patronal y en las autoridades políticas, está precipitando unas fórmulas de ingeniería electoral calcadas del parlamentarismo e impuestas en las empresas a golpe de «Boletín Oficial del Estado», y contra las que se levanta el último Pleno Nacional de Regionales de los anarcosindicalistas.

La C.N.T. contra las elecciones sindicales

Al año del relanzamiento organizativo, los núcleos dispersos de anarcosindicalistas, que reunían algunos centenares en las primeras asambleas abiertas tras la muerte del dictador, y pronto miles y miles en los mítines públicos tolerados, se han convertido ya legalmente en un centenar largo de millares de afiliados.

Pese a la notoria resistencia de los cenetistas a extender carnets masivamente como hacen otras centrales, y aún la de muchos ácratas a aceptar siquiera la disciplina sindical y las reuniones y cotizaciones regulares, abandonando los hábitos de los grupos de afinidad clandestinos, el anarcosindicalismo ha probado tener raíces profundas en la clase trabajadora española.

Protagonistas de la más importante experiencia autogestionaria del siglo XX (las colectivizaciones revolucionarias del 36-39) y alma de la resistencia armada a la dictadura, los cenetistas fueron diezmados a sangre y fuego en los años 40, aunque algunos como el Quico Sabaté resistieron con las armas en la mano hasta el 60. Aparentemente, los brotes de protesta que surgieron con las nuevas generaciones nacidas bajo el fascismo eran capitalizados por los partidos marxistas y la izquierda católica, mejor adaptados al autoritarismo persistente y dotados de apoyos internacionales considerables. Pero el rescoldo ácrata estaba latente bajo las cenizas de millares de muertos, y el movimiento obrero asambleario, al menor asomo de libertades, está rechazando los intentos de someterlo a las vanguardias políticas, y encuentra de nuevo una forma natural de organización en el sindicalismo autónomo de la C.N.T.

La C. N. T. echa un órdago a la grande

Hoy la veterana Confederación, nutridos sus sindicatos mayoritariamente de obreros muy jóvenes, rechaza orgullosamente el montaje pactista de las conversaciones Gobierno-oposición que han engendrado el remedio verticalista de las «elecciones sindicales». Al lanzar este desafío, tanto al Gobierno como a los partidos de la oposición parlamentaria que controlan las grandes centrales sindicales, se plantean algunas preguntas: ¿ha medido bien sus fuerzas la C.N.T.? ¿Cuál es la potencia real de las distintas Confederaciones Regionales que habrán de protagonizar el boicot electoral e impulsar alternativas asamblearias? A estos interrogantes tratamos de responder con el presente informe, confeccionado con datos facilitados por fuentes confederales.

Analizamos pues, cada una de las Regionales que en el último Pleno de la C.N.T. se comprometieron unánimemente al boicot electoral:

REGIONAL ASTURIANA


ASTURIAS: Los frutos de una huelga

N.º Federaciones: 7
Organo de Prensa: «Acción Libertaria»
N.º Militantes: 5.000
% del total asal.: 2
% de los sindic.: 4

Dirección: Campo Sagrado, 33. Bajo, Gijón

Otras Centrales:
- CC.OO.: 40.000
- UGT: 55.000
- USO: 10.000

Las federaciones locales asturianas, con la comarcal de Cuenca del Nalón, tienen un rápido crecimiento, especialmente a raíz de la decidida postura cenetista en defensa de¡ movimiento asambleario durante la última huelga de la construcción. Otros sindicatos crecen también velozmente, sobre todo metal y minería. Se atribuye a los anarcosindicalistas asturianos un fuerte pragmatismo proudhoniano, que da buenos resultados de organización.

La labor propagandística, comenzada hace ya un año con varios mítines públicos, se acentúa con la tirada creciente del portavoz regional «Acción Libertaria»; aunque se denomina órgano de la C.N.T. de Asturias, León y Palencia, según la tradición organizativa centrada en las cuencas mineras, parece que los vínculos entre Asturias y las comarcales palentinas y leonesas tienden a debilitarse, mientras estas últimas contactan con algunas federaciones del oeste de la vieja Castilla para preparar la constitución de una nueva Regional, que desgajaría así también agrupaciones de la actual Regional Centro. Los datos que tenemos sobre la militancia palentino-leonesa son escasos, aunque en su día recibimos el n.º de «Colectivización», portavoz de los cenetistas de León, y sabemos del éxito del mítin de junio en San Andrés de Rabanero, a raíz del cual ingresaron cientos de nuevos afiliados. No obstante, algunos de los militantes «clásicos» objetan ciertas actitudes «pasadas» de los acampados durante la confraternización libertaria en aquellas fiestas de la tierra natal de Durruti. Pero es polémica ésta que se da en todas las regionales, y sobre la que nos extenderemos en un próximo número.


Publicado en: Bicicleta, nº1 (noviembre 1977).
Fuente: Bicicleta.

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