El cielu por asaltu

Recuperar la dignidá, recuperar la llucha. Documentos pa la hestoria del movimientu obreru y la clase obrera n'Asturies.

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martes, julio 18, 2006

Bando del Comité Revolucionario de Grado (¿11? de octubre)

A LOS TRABAJADORES Y CAMPESINOS DEL CONCEJO DE GRADO


Compañeros: Estamos creando una nueva sociedad. Y como en el mundo biológico, el alumbramiento se verifica con desgarramientos físicos y dolores morales. Son leyes naturales a las que nadie ni nada escapa. El hombre más preclaro que produjo la Humanidad, nació de madre moribunda, rendida a los dolores del vientre desgarrado. Es fatal que así sea. La muerte produce la vida. La agonía de un moribundo, su último aliento, va a fortalecer los pulmones de un recién nacido. Va a darle vida.

No os extrañe, pues, trabajadores, que el mundo que estamos forjando cueste sangre, dolores, lágrimas; todo es fecundo en la Tierra.

Ahora bien: Esta obra de gigantes necesita del concurso de todos. Los jóvenes varones se baten en las calles con un entusiasmo y valor digno de la causa que se defiende. Son los verdaderos héroes de esta jornada que van a libertar de la esclavitud a la clase trabajadora. Y, como todos somos necesarios, a los que no luchan con el fusil se les pide su cooperación personal para cuantas operaciones secundarias sean necesarias. El abastecimiento del vecindario es complicado. Lo hace más difícil la falta de transportes ferroviarios que habría, según lo convenido, de proporcionarnos lo que nos hiciera falta. Será cuestión de días normalizar la vida de trabajo, a la que nos corre prisa llegar.

Sí, sí; nos corre prisa dejar las armas, queremos pronto licenciar la juventud para que se dedique a crear y no a destruir, porque es un verdadero sarcasmo que quien nace para dar vida empuñe instrumentos de muerte. Será cuestión de horas, las necesarias para que se convenzan los antiguos privilegiados de que sus privilegios han terminado para siempre, como terminó en su época, el derecho de pernada de los señores feudales.

Atendiendo a las dificultades que hemos de encontrar en el abastecimiento de víveres, las familias han de cooperar, en lo que puedan, los días que duren las estrecheces económicas. Cada hogar se surtirá de lo sumamente indispensable, sacrificando el estómago. Si alguna familia puede pasar unas horas sin un artículo, no debe pedirlo. Los labradores deben consumir en estas horas difíciles, los pocos productos de que dispongan, en la seguridad de que muy pronto pondremos a su disposición útiles de trabajo, semillas y abono.

Las clases que se resistan a ingresar en las filas de los trabajadores, porque tienen dinero o crédito, desde hoy no podrán surtirse en la forma que lo venían haciendo. Los comestibles que en el día de hoy, y en adelante, se expendan, son de nuestros almacenes. Los expendedores, en cuya honradez fiamos, que sean infieles, ya sabremos cómo hemos de tratarlos, advirtiéndoles que no son estos los momentos más propicios para contemplaciones.

El pueblo en general ha de sentir la inmensa satisfacción de ver su ideal realizado. Pocas horas no más, y habrá más pan en todos los hogares y más alegría en los corazones.

Seamos todos dignos de los momentos en que vivimos, levantando la frente tantos siglos humillada.

Soldados del ideal: en disposición y en alto vuestro fusil; aún hay enemigos. Todavía miles de hermanos de clase se baten en algunos pueblos. Nuestro triunfo no puede hacernos olvidar que vuestra voluntad y esfuerzo serán necesarios a otros trabajadores que luchan con más dificultades.

Mujeres: por vuestros hijos que van a forjar en adelante un mundo mejor, ayudad en esta empresa. Consumid poco, lo estrictamente indispensable; sed vosotras también dignas de la hora actual.

¡Trabajadores! ¡¡Viva la Revolución Social!!

Grado, Octubre de 1934.

El Comité Revolucionario



Publicado en: La Revolución en Asturias, 1934. Pequeños anales de quince días; Aurelio de Llano Roza de Ampudia. IDEA, Xixón, 1977.
Digitalización: El cielu por asaltu.

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