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jueves, mayo 29, 2008

El eclecticismo ideológico y revolucionario: "Organización puente"

EL ECLECTICISMO IDEOLÓGICO Y REVOLUCIONARIO: "ORGANIZACIÓN PUENTE"

El afán de organización-puente con que nacía CRAS no era nuevo dentro del movimiento revolucionario pues, en una línea retrospectiva, se encontrarían antecedentes en los planteamientos de Rosa Luxemburgo y otros autores “heterodoxos” diferenciados respecto tanto del leninismo como de los partidos socialdemócratas. Un discurso “crítico” cuyos pivotes —de gran afinidad con el anarquismo— son: la democracia en el proceso revolucionario, el respeto a la espontaneidad en la acción y el consejismo como forma de organización de las masas. Es sabido que el consejismo se configuró como una corriente marxista disidente de los tiempos de la III Internacional y el más difundido de sus teóricos ha sido el holandés Anton Pannekoek. RÚA afirma que además de la obra de este autor, era conocedor de la de Paul Cardan, Karl Korsch... y que leía la revista “Socialismo o Barbarie”. Las lecturas de estos autores (R. Luxemburgo, Pannekoek...) estaban en la base del pensamiento de los mentores de CRAS y, luego, de los militantes. Nuevamente recurrimos a GARCÍA COTARELO quien ha resumido este movimiento heterodoxo en breves líneas:

De Luxemburgo el comunismo ha retenido la conciencia revolucionaria radical en polémica con el revisionismo y la necesidad de formación política permanente de los miembros del partido revolucionario y ha dejado de lado las tesis espontaneístas, recogidas más bien por sectores “consejistas” del movimiento revolucionario, especie de posición intermedia entre el comunismo y el anarquismo, como sucede con Pannekoek, Paul Mattick, etc. (101)

Convendría recordar aquí, a modo de ilustración, que algunos de los autores consejistas escribieron sobre la Guerra Civil española mostrando cierta sintonía con el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) y mayor con la actuación de los anarquistas. Aunque también criticaron la “flexibilidad de los anarquistas” tras Mayo de 1937 en Barcelona cuando, por salvar sus organizaciones, colaboraron con el estado republicano en el que la influencia del PCE iba en aumento, perdiendo la revolución y esterilizando las organizaciones. (102)

Efectivamente, en las publicaciones de CRAS se explicó y defendió varias veces el carácter consejista de la organización porque...

El criterio basado en la teoría de los Consejos es el único que puede lograr una coherencia revolucionaria entre marxistas y anarquistas.

Sin que el movimiento consejista se refiriera a ninguna ideología específica, aunque se cita por ejemplo a autores como Paul Cardan y la revista Socialismo o Barbarie. (103) Para RICHARD GOMBIN, esta exclusión de los “esquemas autoritarios, centralizadores, dirigistas, planificadores, ideológicos” constituyen otra característica del izquierdismo junto al hecho de que, al “comunismo de partido, el izquierdismo opone el comunismo de consejos”. Expone igualmente este autor cómo la teoría consejista e izquierdista, de raíz luxemburguista, luego continuada por Anton Pannekoek, se reveló principalmente en Francia y Alemania por los años sesenta, como un intento de superación de la antítesis anarquismo — marxismo y un personaje que se manifestaba entonces en este eclecticismo sería Daniel Cohn-Bendit. Por lo tanto, es dentro de estas coordenadas del pensamiento revolucionario donde hay que insertar a CRAS. (104)

Las propuestas de “organización obrera” de CRAS estaban basadas en Comités de Empresa, Comités de Fábrica y de Barrio, los Grupos de Trabajo, Plataformas, Grupos de Base, Cajas de Resistencia, Control Obrero, Colectivización, Autogestión, Consejos... etc. (105)

Frente al concepto vanguardista del partido (Lenin), en CRAS se optaba por las formulaciones de R. Luxemburgo sobre el proceso revolucionario (106). Esta concepción se concretaba en los siguientes puntos:

La necesidad de la crítica constante para evitar el dominio del Estado o del Partido, a fin de evitar la burocratización y el desarrollo de las fuerzas contrarrevolucionarias y la represión de los verdaderos revolucionarios tal como sucedió en Rusia entre 1918 y 1922.

2.- Los órganos de las masas debían ser los Comités, Consejos, Asambleas, Coordinadoras de Comités... etc. Fórmulas que se proponían para garantizar la unidad de los trabajadores en la lucha al margen de su procedencia partidista. (107)

Como ya se ha advertido, la defensa por parte de CRAS del carácter revolucionario del espontaneísmo de las masas (sin que éste fueran incompatible con la organización), postura en la que también se seguía a Rosa Luxemburgo (108), le enfrentaba a la tesis leninista de que el espontaneísmo puede llevar al reformismo. De esta premisa se había derivado para Lenin la necesidad de un partido revolucionario centralizado y jerarquizado.

CRAS, por el contrario, justifica su aparición por la existencia de “una contradicción fundamental en exigir la democratización real de las estructuras de la sociedad capitalista (es decir, su abolición), a la vez que se creaban estructuras no democráticas en el seno del movimiento proletario”. Por consiguiente, la organización debía regirse por una democracia interna real. De otra manera, no conduciría a una sociedad de democracia real. Se entendía en CRAS incluso que la centralización y burocratización “eran reflejo de los esquemas de organización burguesa”. Frente a la “vanguardia”, se propone una organización revolucionaria como lugar de reflexión y análisis, que tenga a sus hombres dispersos en las masas. (109)

Quedaría, no obstante, por analizar la concepción política que el grupo pudiera tener de sí mismo. Para J. L. GARCÍA RÚA, CRAS se configuraba como...

Un movimiento específico, más que un movimiento político, es un grupo de lucha de primera línea. Si entiendes por movimiento político, un movimiento que tiende a suscribir instituciones de ayuntamientos, diputaciones, parlamentos y todo eso... CRAS no fue un movimiento político. ‘Político” lo pudo haber sido en el sentido antiguo de “polis”, es decir, interés por lo público.

Esta afirmación actual resulta coherente con una autodefinición de CRAS en su momento:

(…) movimiento político en el sentido de que se atribuye la tarea de analizar todos los sectores de la sociedad. (110)

Tratando de precisar más este aspecto político, puesto que ofrecía alternativas de organización, RÚA matiza:

Alternativas de organización, desde luego, pero siempre sobre la base de autogestión, de la auto-organización. Allí había, en principio, diferentes posiciones sindicales, había incluso gente de USO y de UGT.

Aunque para una de las militantes de la etapa final, CRAS se podría definir...

como un núcleo muy lábil, impregnado absolutamente por la personalidad de Rúa. Se podría definir mejor como un grupo social y cultural de resistencia antifranquista que un grupo político. Debido a que la gente concienciada por Rúa se marchaba al PCE, Rúa quizás proyectó CRAS para consolidar aquella gente a su lado. CRAS se basaba en un mandato informal, pero el que mandaba era Rúa. Por otra parte, el bagaje teórico del grupo era mínimo. Si la represión hubiera sido más fuerte las caídas hubieran sido espectaculares porque, como solía ocurrir en aquellos años, lo político se unía rápidamente a lo personal y las medidas de seguridad resultaban un tanto ridículas. (111)

El eclecticismo ideológico que se viene exponiendo generaba perspectivas muy heterogéneas de su papel político que se prolongan todavía hasta hoy:

Para mí y creo que al exterior, CRAS era un remedo de la FAI o así lo veían algunos. En los componentes ideológicos iniciales de CRAS, sobre todo los aspectos humanistas, son patentes las influencias del cristianismo, también del mayo del 68. En agosto de aquel mismo año hicimos un camping en ………, vinieron algunos franceses y ya se discutieron los elementos de la revolución del mayo francés. (112)

En el contexto del todo el Estado español, a CRAS se le citó como un grupo próximo al movimiento de “Plataformas” que entonces funcionaban en diversos lugares:

Ahora bien, Plataformas se ha extendido. Hoy existen Plataformas de Comisiones obreras de Empresa con un peso real en el Vallés oriental (Barcelona), en Tarragona, en Zaragoza, en Valencia. Es decir, Plataformas empieza a ser una realidad a escala nacional, aunque todavía le falte mucho para avanzar. Y el grupo político que más se ha distinguido en el desarrollo de Plataformas ha sido Círculos Obreros Comunistas.

Al margen de Plataformas, pero también organizaciones obreras de tendencia anticapitalista, existen en el país los Comités de Fábrica en Guipúzcoa, Acción Obrera en Vitoria y Vizcaya, Unión de Hermanos Proletarios en Madrid, CRAS en Asturias, núcleos obreros de Valladolid, Palencia y León en proceso de clarificación, Alianza Obrera y Trabajadores Textiles en Tarrasa (Barcelona). En Vigo los obreros antiguamente vinculados a las CCOO del PCE han roto con esta estructura burocrática (sic).
(113)

La afinidad con algunos de estos grupos nos ha sido confirmada por militantes de CRAS que recuerdan haber realizado viajes para contactar con algunos de ellos.

El conjunto de los planteamientos organizativos, tácticos y estratégicos que se ha expuesto nos aproximan a la identidad de CRAS y expresan su singularidad respecto de otras organizaciones de la época. De ellos se derivan también sus concepciones sindicales y explican, en gran parte, sus relaciones con el resto de las organizaciones opuestas a la dictadura franquista en cuyo análisis nos vamos a introducir.

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