Entrevista a Carnero y Morala
Entrevista a Cándido González Carnero y Juan Manuel Martínez Morala, trabajadores de Naval Gijón
Pregunta: Podemos comenzar con la fase 73-83, la crisis del petróleo y sus consecuencias en la Construcción Naval, la competencia del sudeste asiático... el ascenso de las luchas obreras y sindicales en el contexto general de lucha política contra la Dictadura... Hasta el 83 que es cuando recién barrió el PSOE y se ponen en serio a gestionar la economía capitalista, empiezan todos los planes de reconversión y en concreto el del sector naval y se produce en Xixón la 1ª huelga general.
Morala: Años 73 al 78, antes de Franco y después de Franco. Antes las Comisiones Obreras, en la bahía los astilleros estábamos con las luchas de las empresas auxiliares, que eran contra el prestamismo laboral. ¿Qué pasaba? Que echaban a uno de un astillero y como había cinco, pues entrabas en otro. En enero del 75 hacemos huelga contra el prestamismo laboral en el dique Duro Felguera. Ahí se logró pasar de las contratas al empleo fijo, y fueron 40 días de lucha muy dura. Las contratas, que eran la mayoría, empezamos la lucha para pedir la integración y ser fijos y se consiguió y fíjate, ahora estamos dando la vuelta, se está sustituyendo empleo fijo por contratas...
En esa época las luchas eran por pedir un duro más, condiciones de seguridad, pero también tenían connotaciones políticas: reparto de panfletos contra la dictadura o por la readmisión de despedidos, por la democracia, contra la dictadura, por la amnistía y por muchas cosas más; hubo luchas directamente políticas como cuando fusilaron a Garmendia, Otaegi y los demás, que nos detuvieron a muchos de nosotros en las protestas.
En el 75 paramos prácticamente sólo en el dique Duro Felguera; tuvimos cuatro presos. En el 76, cuando los asesinatos de Fraga en Vitoria, también se dieron huelgas de solidaridad pero eso ya no sólo en el Dique, en más empresas, en casi todos los astilleros hubo huelgas, igual no tan generalizadas, pero hubo huelgas.
También hubo huelgas en solidaridad con empresas de otro sector y, por supuesto, cuando había conflictos en empresas del Metal.
La huelga por el convenio del Metal incluía también reivindicaciones políticas. Había huelgas del Metal, no sólo de los astilleros, porque los astilleros no estaban dentro de ese convenio, y con la huelga se consiguió unificar los pequeños talleres y en esos años había una dinámica de lucha muy coordinada y muy potente. Conseguir coordinar esas empresas que estaban en cuarenta mil sitios y hacer una huelga de pequeños talleres era muy difícil y fue muy importante en aquel momento.
Diferencia con antes y con otras luchas: los fijos antes hacían una huelga y marchaban para casa. Nosotros pensábamos que si hacíamos una huelga hacíamos una asamblea y luego había que salir en manifestación, que entonces eran saltos más o menos continuos y/o simultáneos.
El inicio del sindicalismo empezó sobre la base de la asamblea y la movilización en la calle y de convertir un problema laboral en un problema político y también nosotros lo convertíamos en un problema de orden público.
De tal manera que sabías que si montabas follón en la calle, los políticos para quitar el follón de la calle tenían que intervenir y presionar y después siempre seguíamos con una orientación de implicar a las autoridades, después al gobierno autónomo, en la resolución de los problemas. Esta práctica se inició a primeros de los 70 y nada más morir Franco la primera conquista de los obreros en los astilleros fue lograr la amnistía laboral.
Conseguimos en todos los astilleros que entrase fija gente represaliada en la dictadura: Cándido es uno de ellos, con experiencia de lucha, reconocimiento entre la gente y se fueron conformando unas plantillas que tenían las ideas muy claras.
Y esto se ha mantenido con las reestructuraciones. Por ejemplo, la primera del sector naval en el 78, en Marítima del Musel. Luego en el 80. Luego en el 84 la muerte de Raúl Losa y las grandes reestructuraciones. Las huelgas que se dieron anteriormente por los astilleros: Crady, Moreda, Avello... dieron lugar a una huelga general en Xixón en el 83.
Lo importante a partir de estas primeras huelgas y luchas, es que los métodos de lucha ya se basaron en hacer la huelga y no marchar para casa y en aquella época el comité de la Duro nos dotamos de un periódico, La Voz de Duro, que editábamos en Portugal, porque aparte de pertenecer a los astilleros pertenecíamos a la Duro Felguera y la empresa se vio obligada a sacar otra revista porque la teníamos abrasada y hacíamos huelga y parábamos montajes: Felguera Melt, El Tallerón, el Dique, Fundición, todo lo de Barros, y el trabajo clásico: el periódico, la asamblea, la hoja informativa, la salida a la calle y eso formaba sindical y políticamente y, como estaba inmerso en la lucha contra la dictadura, no era una lucha sindical pura, se conformaba una conciencia de lucha militante que dio lugar a una gente preparada, que dio lugar unos métodos de lucha haciendo barricadas. Otro ejemplo: cuando la primer huelga de solidaridad con Censa en el 78, cuarenta y tantos días de huelga, no los conocíamos de nada estaba en un polígono de Porriño en Pontevedra y vinieron las mujeres para acá, hubo encierros en las iglesias y la primera barricada que hicimos la hicimos aquí mismo, donde la Caja de Ahorros. El Noroeste la tituló “Gamberrada con CENSA”, nosotros mismos nos asustamos, porque quemamos un camión, y pensamos: aquí vamos todos presos.
Cuando nos segregaron en el 84 y quedamos ya sólo como astillero hicimos otro boletín informativo Mar de Fondo que tenía una utilidad inmediata y metías línea sindical y política y junto con algún chiste. Buscamos siempre estar con la gente, con sus problemas, con lo que le preocupaba.
En nuestras luchas, en los 80 había jóvenes del Revillagigedo, de la universidad; había momentos que había 200 chavales con nosotros dentro. Nosotros siempre fuimos muy solidarios con los insumisos. Para un juicio bajamos del astillero desde la asamblea toda la fábrica en solidaridad con los insumisos. Esa conciencia y solidaridad que das, después tú la recibes.
Felipe González estudió el tema, incluso con psicólogos, para ver como podía doblegar esa conciencia que hay en Asturias, de tal manera, pensaba, que hagan lo que hagan no van a conseguir lo que quieren. Si tú sabes que vas a luchar y no vas a conseguir nada, no luchas. Es el síndrome de indefensión aprendida. Entonces Felipe González dijo: “luchéis lo que luchéis yo no voy a dar marcha atrás en las medidas”. Siguió con las reconversiones, la de Solchaga, etc. pero en el Naval no nos rendimos. Porque en el Naval la gente estaba muy convencida por todas las luchas que había ganado con barricadas y tal, había aprendido que resistiendo y luchando conseguías cosas.
Nosotros, todos los martes y todos los jueves, del 83 al 86, a la calle, sin faltar. ¿Que pasó? No hubo ningún despedido, a unos los llevaron para Ensidesa, a otros para la Junta del Puerto, nadie quedó en la calle.
Cándido: De los 70 lo importante era que de aquella había muchas luchas reivindicativas, que generaban muchísima solidaridad. El conflicto de Marítima, la culebra que se hacía para ir informando a todas las compañías, los tajos, después se hacía asamblea y se paraba todo ganándose la solidaridad. De aquella, los sindicatos no jugaban el papel de dividir a la clase trabajadora como están haciendo ahora. Que lo pactan absolutamente todo por arriba, renuncian al proceso asambleario, de información y participación de los trabajadores y eso generó una atomización e insolidaridad que hoy se mata un trabajador en la fábrica durante la jornada laboral y el de al lado sigue trabajando; hay una deshumanización total. Y ya veis, haya los accidentes laborales que haya, una concentración en la Plaza América de Oviedo y nada más, se acabó.
P.: Del 76 al 78 los sindicatos se oficializan. CC OO empieza a convertirse de “movimiento sociopolítico” en una estructura sindical en la que se van a convertir en un “sindicato de orden”. Se ve claro que no es el vuestro caso, que no encajáis en este modelo que mantenéis otra línea sindical y sobráis.
Cándido: En los 73-76 y hasta el 78 todavía los sindicatos, forzados por la dinámica asamblearia y de participación de los trabajadores, todavía participaban. Empezaron a descolgarse a partir de los Pactos de la Moncloa, ya empezaron a negociar por arriba a espaldas de los trabajadores y ahí empezaron las diferencias de las luchas de antes y las de ahora.
De los 80 para acá, en los astilleros se consiguió mantener por la tradición histórica y los procesos seguidos, la dinámica de unidad y todas esas luchas se consiguieron mantener con participación total, generaron un poso que se mantiene hasta hoy y si va mermando es porque las plantillas van mermando. Pero esas luchas no fueron sólo aquí, fueron en todo el sector Naval, fue en Cádiz, fueron los 23 de El Ferrol a principios de los 70 finales de los 60 que los condenaron a un montón de años de cárcel.
En la asamblea, tú decías: oye, mañana paramos en solidaridad con los despedidos de Marítima y era como si tocases el silbato. Y había participación de todos los trabajadores, cada uno decía lo que quería.
Mantener los procesos asamblearios, debates, participación, es fundamental. Ahora dicen que está “obsoleto”, que ya no se lleva; pero para nosotros es una experiencia histórica a continuar con ella. En Naval Xixón mantenemos las diferencias pero seguimos con los métodos de asamblea, y luego con el tiempo, cuando se comprueba que lo que decías era verdad, que la empresa lo que quiere es echar o despedir, o lo que sea... pues los trabajadores se dan cuenta.
Solidaridad, unidad de acción y todo el proceso que ahora no existe; los sindicatos hacen sindicalismo de despacho. Se dan casos que cierran empresas y los sindicatos pactan el cierre, sin que los trabajadores lo sepan. Las federaciones de los sindicatos negocian el cierre de empresas sin decir ni mú. En el 86, en la privatización de Izar, los trabajadores votaron en contra y al final los sindicatos acabaron firmando sin el consentimiento de los trabajadores. A nosotros en Naval Xixón nos pasó lo mismo. Un expediente de extinción de contratos y prejubilaciones donde nos incluyeron a nosotros, la asamblea votó que no y a la semana siguiente tenían el acuerdo firmado.
P.: Tenéis las diferencias con las cúpulas regionales y las federaciones estatales, pero eso también os diferencia de sus afiliados. ¿Cómo resuelven éstos las contradicciones con sus dirigentes?
Cándido: Primero que los afiliados son los que sufren el despido y no los dirigentes. Y después se escudan mucho en las asambleas. Las asambleas fueron siempre un escudo protector para los afiliados de los otros sindicatos, pero eso tenía un plazo porque cuando intervenían ya, imponiendo una posición sindical, metiendo miedo, “si no aceptamos esto mañana tenemos un expediente”, etc. y a última hora cuando ya teníamos los barcos, entonces nos decían “pero bueno ya tenéis obra; para qué continuáis, para qué...”
Pero todo el mundo sabe que si se consiguió obra y barcos fue precisamente por las movilizaciones, las barricadas, etc. Pero cuando se vuelve a trabajar es cuando empieza el proceso nuestro, acusados de quemar un coche, etc., por eso seguimos.
A lo mejor la gente tenía miedo de estar afiliada a la Corriente Sindical de Izquierdas (CSI) porque contra la CSI se generaba cierta represión, estaba mal visto estar en la CSI, a lo mejor no ascendían de categoría y tal... y estaban en los otros sindicatos. Pero a la hora de tomar decisiones, con expedientes de despidos: “¡Hostia! yo voy votar a los que sé que me van a defender en la calle como sea y que se juegan la vida por salvar los puestos de trabajo.”
Morala: Mira nosotros nunca tuvimos mayoría y cuando nos consideraban derrotados, nosotros ganábamos y era porque nos votaba claramente gente afiliada a los otros sindicatos, tanto de UGT como de CC OO. Y esto pasaba porque había asambleas y la gente podía comprobar quién estaba en lo cierto, quién decía la verdad, quién planteaba la iniciativa, quién tiraba del asunto.
Y hoy, si fuésemos capaces de recuperar el proceso asambleario de participación de debate sindical, sería más fácil hacer sindicalismo con participación de los trabajadores. Generaríamos una clase obrera solidaria, combativa, etc. Hay una experiencia rica de los años 70 que es importante exportarla y contarla.
P.: ¿Cómo se os empieza a marginar?
Cándido: Nos empiezan a marginar los sindicatos los primeros. En la primera huelga de CENSA en el 78. A nosotros en el Naval nos expulsan de CC OO, nos acusan de hacer asambleas, de enfrentamientos con la policía donde salen tantos policías heridos y tal y de intentar secuestrar a Quini y a Kempes, menuda barbaridad... Nos echan de CC OO por actitudes antisindicales. Y del Consejo Local de CC OO de Xixón nos expulsan a todos porque teníamos posiciones alternativas a los Pactos de la Moncloa y a ese modelo de sindicalismo de pactos. Así, son los propios sindicatos quienes quieren acabar con un sindicalismo combativo, con estos métodos de lucha, etc. ¿Qué van a hacer entonces los empresarios?, pues evidentemente colaborar con los sindicatos. De ahí viene que toda lucha reivindicativa, combativa, con radicalidad había que eliminarla y ahí empezamos a sufrir la marginación, pero ya en CC OO. Y quedas a merced del empresario porque si los sindicatos no participan de estos métodos de lucha y a ti te despiden, pues no va a haber solidaridad por parte de tu sindicato.
Morala: Se hicieron cosas: cortar vías del tren, volar repetidores de la Telefónica, todo ello con el apoyo de los trabajadores en asamblea. Entonces, claro, si tú practicas un tipo de lucha radical y te aislas de la gente, duras menos que un caramelo a la puerta de un colegio. Pero con lo del sectarismo mucho cuidado: porque yo puedo ser muy radical y con cuatro amigos quemamos neumáticos todos los que queramos, pero no solos, ni aislados de la gente. Nosotros siempre llevamos una política con toda la gente de acuerdo, incluidos también UGT y CC OO y nunca separarnos de ellos, porque si no nosotros estamos aislados y a partir de ahí nos dan como quieran, como para el zorro. Esto siempre fue un tema crucial, sino era imposible. En este último plan había 170 trabajadores, y planteaban jubilar a 60-70 y claro metían a todos los de la CSI y quedamos con muy pocos afiliados en el astillero y casi no pudimos hacer la candidatura. La gente vio la jugada y se dio cuenta que si desaparecía la Corriente no había ninguna garantía de una resolución satisfactoria del Plan y del futuro de los que quedaban. A mí me echaron a la prejubilación, pero ya habían echado primero a Tuñón, a Óscar, a todos. Y a mí me echan dos días antes porque en el proceso electoral yo figuraba como elector, pero cuando vamos a presentar la candidatura me encuentro con la carta de prejubilación. Entonces ¿cómo es posible en esta situación que salgan 3 de CC OO, 3 de UGT y 3 de CSI si nos habían echado a todos los de la Corriente y yo era un jubilado obligatorio? UGT la primera con 7 votos de diferencia, después la CSI y después CC OO, pero en empleados, un sector más alejado que parecía una clase aparte, pero que son los que conocen más de cerca los problemas, porque están trabajando con papeles todo los días y saben de qué va el asunto, la CSI ganó pero con muchísima diferencia de votos, algo que nunca había pasado; arrolló, porque estaban comprobando que lo que nosotros denunciábamos era la realidad, que ellos veían qué era lo que pasaba por sus manos. ¿Cómo es posible? Pues porque nos votan los afiliados de los otros sindicatos.
Cuando nos encarcelaron, depende de los periódicos, pero unos decían 15.000 otros 20.000. Había mucha gente en la calle y eso no es el apoyo que tiene la CSI, no son los delegados que tiene la CSI, no es nuestra fuerza. Si no reconoces eso, te estás engañando. Entonces hay otra explicación.
En la película El Astillero se ve bien. La asamblea rechaza el expediente. Y qué dice Eduardo Donaire (secretario general de UGT Asturias): “Nada, nos juntamos los afiliados de la UGT, los de CC OO y a presionar a los afiliados”; hay que tener en cuenta que a esas reuniones de cada sindicato no van todos, van los mas dóciles y deciden que UGT acepta el expediente. Por el lado de CC OO también Maximino García (Secretario General de la Federación Minerometalúrgica de CC OO) llama a los suyos y presiona: “este expediente lo hay que apoyar por encima de todo” y en la huelga de eventuales sometieron a votación lo que ahora está pasando: el cierre del astillero. Nosotros en aquel momento fuimos muy claros: si se firma este acuerdo, lo cedemos absolutamente todo. Firmado. Echan a los 240 trabajadores eventuales, después hay unas 100 prejubilaciones y resulta que fuimos a un conflicto para defender 200 puesto de trabajo y salimos con 400 menos.
Fue muy duro: allí se vio a padres defendiendo el despido de sus hijos. En el paquete también venía que los terrenos que eran propiedad de los trabajadores y era una carta a jugar para el caso de que se quisiese quebrar la empresa, tuviesen que buscar una salida negociada, como se hizo con Astilleros del Cantábrico. Pues bien estando los trabajadores en la calle, se negoció con los terrenos y unos fueron para Ensidesa y para otros lados.
Nosotros también teníamos ese acuerdo pero PYMAR dijo: “¡Alto! Los terrenos tienen que volver a la empresa, que la empresa pueda volver a hipotecarlos cuando lo necesite para asegurar la viabilidad...” y ahora ya no son de la empresa, son de PYMAR y ya pidieron la recalificación de los terrenos para convertir suelo industrial en suelo urbanizable.
Los eventuales están todos agradecidos, porque aunque de aquella quedaron en la calle, como aprendieron un oficio y eran todos buenos profesionales pues todos fueron encontrando trabajo en la Thysen, en El Tallerón, en Duro Felguera, muchos de ellos fijos. Recientemente Naval Xixón los llamó porque los necesitaba y algunos volvieron, pero otros no quisieron volver porque ya tenían puesto fijo y estaban bien.
Puedes perder la lucha, como esos eventuales, pero no la pierdes de cara a la gente. Siempre te quedan cosas entre las uñas. Lo de no aislarse, procurar siempre ir con la gente de CC OO y UGT a nivel de fábrica, etc., crea escuela sindical. Los eventuales aprendieron ahí mucho. Y esos que están en otras empresas están haciendo sindicalismo. Aquí aprendieron en el cursillo y trabajaron con obra real: el mismo salario que los fijos, sin horas extraordinarias... en el 2004-2005 se consiguieron barcos, se volvió a trabajar, hubo más prejubilaciones y quedaron 99 trabajadores y ahora piden jubilar a otros 50.
La verdad es que nos van venciendo por inanición, pero la gente siempre tuvo claro que la garantía para las huelgas, para la protestas es que estuviera la Corriente. Nosotros siempre procuramos tener toda la información: estar muy bien informados es fundamental, tener todos los datos, saber las intenciones del patrón en cada momento y esto para los trabajadores es una garantía, porque tienes que combinar siempre la lucha y un tipo de lucha, con soluciones concretas... esta práctica sindical siempre la hicimos. Siempre había un sindicalismo de la CSI distinto del de los otros.
Nuestro sindicalismo chocaba más con las cúpulas sindicales y nosotros nos arreglábamos con los afiliados a nivel de empresa. En lo general podemos decir lo mismo: “No a los expedientes de regulación de empleo, no a los accidentes laborales, no a la siniestralidad, no a los despidos...” pero el problema es “en qué se sustancia esa oposición”.
Nosotros decimos: “si hay un despido, a la huelga; frente a un despido la solución siempre es readmisión. No a la siniestralidad laboral. Vale, vamos a denunciarlo a la Inspección. ¿Un expediente?: decimos no a esta regulación, vamos a salir a la calle a denunciarlo y protestar”. Es ese discurso general en el que podemos estar todos de acuerdo, pero es en el terreno concreto donde más nos diferenciamos.
Es lo que nos marcó más como sindicato, que lo que decíamos lo hacíamos, no como ellos que lo dicen en general pero en lo concreto no lo hacen. Nuestra coherencia marca la diferencia.
Cándido: El último Expediente de Regulación de Empleo en Naval Xixón que se firmó fue fraudulento, porque la empresa lo solicitó teniendo carga de trabajo, pero como le salía más barato construir el barco fuera de aquí decidieron hacerlo en Ucrania. Pero el buque estaba financiado por el gobierno español y por el asturiano y hacen la regulación de empleo, lo firman los sindicatos y la Consejería asturiana lo aprueba. Nosotros lo denunciamos como fraudulento con sus propias leyes. Y se aprobó igual. Fijaros la connivencia que hay entre sindicatos, patronal y gobierno, porque se tenía que haber echado abajo porque en esas condiciones y según sus leyes, no se podía hacer regulación de empleo. Pero claro como lo firmaban los sindicatos y el comité de empresa... Para esto si valía lo que dijese el comité de empresa.
P.: Incluso esas acciones más radicales que después acusaban de “terrorismo”, estaban apoyadas... nunca fueron aisladas...
Morala: Dirigidas y acordadas en la asamblea del Astillero y la prueba de poder mantenerlas contra viento y marea después de todas las descalificaciones habidas y por haber en los medios de comunicación: que si Jarrai, que si kale borroka, que si GRAPO... porque de todo nos acusaron. Y es cierto que nos lo pusieron difícil al principio de la reconversión, que nos acusaban de ser trabajadores privilegiados, porque en el desempleo cobrábamos buenos salarios y es verdad. Pero nosotros decíamos que no a esos salarios, nosotros decíamos queremos trabajar. Porque sabemos que el desempleo nos iba a llevar a una situación irreversible. Un año, dos años en el desempleo cobrando bien y luego incluso nos ponían el contador a cero. Era un privilegio y nosotros lo sabíamos. Agotábamos el paro y volvían a ponernos el contador a cero. Con eso conseguían echarnos a la opinión pública en contra. Mucha gente no entendía que colgáramos un camión de la grúa y tuviésemos paralizado Xixón 15 días. La gente nos increpaba porque decían que estábamos cobrando, no trabajábamos y para encima no dejábamos trabajar a los demás colapsando Xixón. Pero nosotros explicábamos que sí, que estábamos cobrando pero lo que queríamos era trabajar y por eso teníamos el camión colgando... Pero bueno, con el paso del tiempo se fue entendiendo, sobre todo en Xixón, que lo que queríamos era trabajo porque el desempleo tenía un principio y un final.
Cándido: Yo me acuerdo cuando la única vía de comunicación para Xixón era por delante del astillero y colgamos la viga, doce días estuvimos y la levantamos en vísperas de Nochebuena y la primera vez salimos a megafonear para pedir apoyos y recibimos muchos insultos. Que si cobrábamos y no trabajábamos, etc. La segunda vez que cortamos el tráfico con el camión, la posición del pueblo de Xixón era totalmente diferente. Se fue generando con la dinámica de trabajo de explicación, de hojas informativas y tiempo y tiempo, asambleas en asociaciones de vecinos, en locales sociales, culturales... Eso es muy importante para mantener la lucha: ganarte la complicidad, la solidaridad de la gente.
P.: Hablemos de los ámbitos de la solidaridad. Es diferente en el barrio donde se ubica el astillero, en La Calzada, que por ejemplo lo que pasa con las instituciones, porque en el 79 entrabais en el ayuntamiento, pero luego determinados canales que son prestigiosos, los institucionales, se van a ir cerrando.
Morala: En la huelga general del 83, el que leyó el comunicado fue Palacios, el anterior alcalde del PSOE que luego echaron...
En el 74 ya no eran lo años duros de la dictadura y de aquella conocías a Areces (actual presidente autonómico), a Felgueroso (actual alcaldesa de Xixón), a todos y cuando accedieron a las instituciones, pues al principio tenías una entrada institucional. Cuando bajamos el camión de la grúa, Areces vino a abrazarnos y eso fue después de una pelea durísima. Es verdad que después de la dictadura, con los primeros ayuntamientos de izquierda, tenían todavía ese poso y teníamos entrada. De hecho en una ocasión, Areces siendo alcalde pues fue a Madrid a buscarnos para los astilleros un parche, pero que también era una solución parcial en aquel momento y a él le interesaba ¡y bien que lo rentabilizó!
Pero ya en los 80 no nos dejaban y entonces entrábamos a la fuerza. Todo muy organizado claro, porque si íbamos todos desde la asamblea al ayuntamiento pues o cerraban las puertas o estaba tomado por la policía. Así que iban delante unos pocos, como que iban a hacer alguna gestión, gente que sabíamos que iban a aguantar el tirón y otros por otro sitio haciendo barricadas para despistar a la policía. Y después íbamos al ayuntamiento y los compañeros se trababan dentro para que no cerrasen las puertas, y cuando llegábamos al ayuntamiento pues avalancha, y llevábamos a la policía por delante, porque sabíamos que dentro había quien nos abría las puertas y entonces entrábamos todos. Todo planificado.
Nuestro acceso al ayuntamiento justo se cierra en el 83, cuando el diseño de reconversión de Felipe González. Cuando la primera huelga general del 83 el ayuntamiento todavía apoya.
Pero el éxito de las huelgas generales en Xixón es un tema político y sindical y también es un tema organizativo.
Las últimas huelgas generales, ¿cómo hacía CC OO?: “Nos vemos en la sindical en Oviedo a las 6 de la mañana y vamos a parar a esa empresa y a la otra y a la otra...” Pero eso es antisindicalismo, va a llegar un momento en que los que entran a trabajar son más que los del piquete y estás creando contrapiquetes y con razón. Los conflictos no se pueden sustituir.
Nosotros hasta el 80 que nos echaron de CC OO y controlábamos los pequeños talleres, el metal, lo que hacíamos era: huelga general en Xixón. Los de cada polígono, Tremañes, Roces, La Calzada... todos allí en cada zona y iban parando todo y bajaban riadas de gente y la policía desaparecía claro, quién puede con eso. Nosotros hacíamos las cosas de manera distinta, pero todo ese tipo de sindicalismo lo fueron machacando con los pactos, con el consenso y fueron desapareciendo las asambleas en los polígonos. “No vayas a la asamblea, al piquete no hace falta que vengáis nadie”... y así vas matando el movimiento.
Cándido: Las cajas de resistencia fueron cruciales para nosotros. En las asambleas todo el mundo ponía sus 500 o 1.000 pesetas. Acababa la manifestación y muchas veces teníamos que gastar 600 ó 700.000 ptas. en reparar coches, cristales, etc. A los vecinos de la zona por donde había el conflicto, eso siempre se cuidó mucho; alguno se aprovechó, pero bueno sin problemas, el objetivo político era otro.
Todos los coches que se quemaron eran coches abandonados. Había un equipo encargado de ir mirando los coches que tienen la pegatina de abandonado y se la quitaba para que no lo retirase la grúa y esos eran los coches que se quemaban o alguno de algún compañero que ya lo iba a tirar para no pagar viñetas y nos lo daba.
P.: Claro, no es hacer una acción por libre y después ir a buscar el apoyo de los demás, era al revés, primero en las asambleas se discutía, se aprobaba, y después se hacían los equipos que lo desarrollaban, pero toda la asamblea sabía el tema.
Cándido: Estaba todo muy organizado, era muy importante el tema organizativo de la lucha, las huelgas, las manis. Había una serie de gente de confianza, y teníamos comisiones para todo: de propaganda, de apoyos, de ir a por los neumáticos, otros a por gasolina, de intendencia, de finanzas, de vigilancia, abogados, moteros y siempre todo el mundo sabía lo que tenía que hacer. Y todo a través de la asamblea, porque si no pierdes toda la fuerza.
P.: Y las acciones se van dando en un proceso escalonado, en que desde arriba se plantean recortes, expedientes, etc., es decir que cada vez que se planteaba un problema es cuando después vienen las acciones.
Cándido: No hay carga de trabajo, hacemos asamblea, manifestaciones y acciones y así todo.
Morala: En Xixón todo el mundo cuando tiene un problema en la empresa dice que hay que hacer como los del naval. ¿Por qué a los de La Camocha los meten en Hunosa con categoría y con todo? ¿Por qué del naval meten 700 ó 1.000 en Ensidesa y todas las eventuales de Ensidesa siguen en las contratas y llegan los del naval, los señoritos, y entran fijos? Autotex cerraron, indemnización y a la calle, Menasa cerraron y fuera. ¿Por qué?
La gente sabe que: “cagüen dios, como me despidan quemamos la casa santa”. La gente, en el Naval, siempre tuvo claro que la lucha paga, lo peor que me puede pasar es que me prejubilen; la minería lo tiene claro también, que la lucha paga, manifestaciones, enfrentamientos, voladores, artilugios... En Xixón hay una escuela de trabajo sindical y una experiencia de lucha que hace que todos sepan que la lucha consecuente, organizada, unitaria, y masiva, paga.
P.: Sin embargo la experiencia del naval y la experiencia de Xixón sigue siendo una experiencia aislada. Es decir si se hubiese generalizado tendríamos otro panorama, los de La Camocha aprendieron, pero ¿por qué otros no?
Morala: En los años 70 había huelgas políticas con presos, detenciones… pero en el naval a partir del 80 empieza la reconversión y cada cuatro años iban a por nosotros queriendo cerrar, se parcheaba un poco y a los cuatro años otra vez a la carga, otra vez que querían cerrar y otra vez conflicto y luchas. Era una agresión constante cada 4 años y aprendías cada vez más, sabías por donde venían, sabías qué querían, porque había muchos metros cuadrados para urbanizar, muy golosos. Y no es lo mismo la situación de un conflicto por el convenio, que el hecho de que te quieran echar para casa.
En la CSI tenemos unas ideas de que lo radical no tiene que ser aislado de la gente, eso y la solidaridad es la razón de aguantar y de los éxitos. Y la coherencia: no vamos diciendo una cosa y haciendo la otra.
También la influencia nuestra de la CSI allí donde nos fuimos extendiendo va con esta línea sindical, esa lucha de resistencia de seguir y seguir.
Cándido: Hay un tema que queda claro y es que sin pelea no hay logros. Todo el mundo sabe que este sindicalismo de pactos lo único que nos está dando son retrocesos continuos, si miras la situación desde los Pactos de la Moncloa para acá: ANEs, AMIs, y vemos que lo que nos trajo es precariedad laboral, prestamismo laboral, ETTs, aumento de los accidentes laborales, incremento de la jornada laboral. Pero quién habla de la jornada de 35 horas si en obra civil de carreteras y puertos se trabajan 12 diarias... entonces ¿dónde están los avances con este sindicalismo de pactos? Ninguno, todo para atrás y eso se puede analizar tema por tema desde el 78. Ahora fallan en magistratura despido improcedente, te indemnizan y a la calle y cada vez con menos dinero.
P.: Para terminar, hablemos de vuestro encarcelamiento.
Cándido: Decidimos crear una plataforma contra la represión y por las libertades. No era lo mismo reclamar la solidaridad desde la Corriente, que una plataforma, un ámbito unitario para un problema concreto.
En todo el proceso que conduce a nuestro encarcelamiento está implicado un delegado del gobierno, un ayuntamiento gobernado por el PSOE con IU y la policía con un infiltrado. Se dan todos los ingredientes de un contubernio político-sindical-institucional-judicial-policial. La connivencia porque el ayuntamiento pone la denuncia, la policía que pone los nombres, sigues por el delegado del gobierno que deja que vaya a declarar un policía infiltrado... y el ayuntamiento, ¿cómo colabora? Pues daños a bienes municipales de menos de 400 euros es falta pero más es delito, con lo cual hincha la factura, meten en ella lo de un coche, un banco, un semáforo del que nadie nos acusaba y, claro, después la policía dice que el cajetín se reventó con artefacto explosivo, lo que se conoce como un petardo -textual en la denuncia policial- y se cierra el círculo.
Y buscamos desde el principio una fuerte campaña para denunciar ese complot, con asistencia de 1.000 y 2.000 personas a los juicios, manis de más de 15.000. Porque ellos buscaban un escarmiento para que la lectura fuera: “veis lo que les pasa a aquellos que luchan, los radicales, etc. a la cárcel y van a estar los tres años.”
Las formas en que nos detuvieron con un coche camuflado... nos secuestraron a plena luz del día. A cualquiera se le notifica: “preséntese Vd. en comisaría tal día...”
Pero la gente sabe que no fueron Cándido y Morala los que quemaron el cajetín, lo sabe todo el mundo en el astillero, porque saben quién fue, lo saben los afiliados de los otros dos sindicatos y se lo dijeron a sus cúpulas: que no fueron Cándido y Morala. Los de CC OO fueron a IU y dijeron que no fueron ellos sino éste, éste y éste... Y Churruca (concejal de IU en Xixón), que trabajó en la fábrica, sabe quiénes fueron. Sabe que no fuimos, pero estaban ya hasta arriba de nosotros y dijeron: “a ver si ahora que están jubilados y en casa y ya no tienen el apoyo de la gente porque los echamos y los aislamos. Ahora es la nuestra, les vamos a dar y las van a pagar todas juntas, terroristas, no se qué, y ahora a la cárcel.”
Ven que es el momento de ejemplarizar, porque ellos calculan que todavía tienen que pasar por un proceso importante porque se tienen que cargar lo que queda de Naval Xixón y de Juliana; entonces, “ejemplarizamos, metemos a éstos en la cárcel y si nos sale bien, lo demás va rodado”. Pero no les salió.
Cuando nos metieron en la cárcel volvieron los trabajadores a quemar el cajetín para decir: mira, están en la cárcel y no fueron ellos. Y no pudieron hacer nada. No les salió bien, pero hay que estar atentos, porque mañana les puede salir.
Xuan M. Gonzalo "Eve"
Publicado en: Viento Sur, nº99 (septiembre 2008).
Fuente: Viento Sur.
Pregunta: Podemos comenzar con la fase 73-83, la crisis del petróleo y sus consecuencias en la Construcción Naval, la competencia del sudeste asiático... el ascenso de las luchas obreras y sindicales en el contexto general de lucha política contra la Dictadura... Hasta el 83 que es cuando recién barrió el PSOE y se ponen en serio a gestionar la economía capitalista, empiezan todos los planes de reconversión y en concreto el del sector naval y se produce en Xixón la 1ª huelga general.
Morala: Años 73 al 78, antes de Franco y después de Franco. Antes las Comisiones Obreras, en la bahía los astilleros estábamos con las luchas de las empresas auxiliares, que eran contra el prestamismo laboral. ¿Qué pasaba? Que echaban a uno de un astillero y como había cinco, pues entrabas en otro. En enero del 75 hacemos huelga contra el prestamismo laboral en el dique Duro Felguera. Ahí se logró pasar de las contratas al empleo fijo, y fueron 40 días de lucha muy dura. Las contratas, que eran la mayoría, empezamos la lucha para pedir la integración y ser fijos y se consiguió y fíjate, ahora estamos dando la vuelta, se está sustituyendo empleo fijo por contratas...
En esa época las luchas eran por pedir un duro más, condiciones de seguridad, pero también tenían connotaciones políticas: reparto de panfletos contra la dictadura o por la readmisión de despedidos, por la democracia, contra la dictadura, por la amnistía y por muchas cosas más; hubo luchas directamente políticas como cuando fusilaron a Garmendia, Otaegi y los demás, que nos detuvieron a muchos de nosotros en las protestas.
En el 75 paramos prácticamente sólo en el dique Duro Felguera; tuvimos cuatro presos. En el 76, cuando los asesinatos de Fraga en Vitoria, también se dieron huelgas de solidaridad pero eso ya no sólo en el Dique, en más empresas, en casi todos los astilleros hubo huelgas, igual no tan generalizadas, pero hubo huelgas.
También hubo huelgas en solidaridad con empresas de otro sector y, por supuesto, cuando había conflictos en empresas del Metal.
La huelga por el convenio del Metal incluía también reivindicaciones políticas. Había huelgas del Metal, no sólo de los astilleros, porque los astilleros no estaban dentro de ese convenio, y con la huelga se consiguió unificar los pequeños talleres y en esos años había una dinámica de lucha muy coordinada y muy potente. Conseguir coordinar esas empresas que estaban en cuarenta mil sitios y hacer una huelga de pequeños talleres era muy difícil y fue muy importante en aquel momento.
Diferencia con antes y con otras luchas: los fijos antes hacían una huelga y marchaban para casa. Nosotros pensábamos que si hacíamos una huelga hacíamos una asamblea y luego había que salir en manifestación, que entonces eran saltos más o menos continuos y/o simultáneos.
El inicio del sindicalismo empezó sobre la base de la asamblea y la movilización en la calle y de convertir un problema laboral en un problema político y también nosotros lo convertíamos en un problema de orden público.
De tal manera que sabías que si montabas follón en la calle, los políticos para quitar el follón de la calle tenían que intervenir y presionar y después siempre seguíamos con una orientación de implicar a las autoridades, después al gobierno autónomo, en la resolución de los problemas. Esta práctica se inició a primeros de los 70 y nada más morir Franco la primera conquista de los obreros en los astilleros fue lograr la amnistía laboral.
Conseguimos en todos los astilleros que entrase fija gente represaliada en la dictadura: Cándido es uno de ellos, con experiencia de lucha, reconocimiento entre la gente y se fueron conformando unas plantillas que tenían las ideas muy claras.
Y esto se ha mantenido con las reestructuraciones. Por ejemplo, la primera del sector naval en el 78, en Marítima del Musel. Luego en el 80. Luego en el 84 la muerte de Raúl Losa y las grandes reestructuraciones. Las huelgas que se dieron anteriormente por los astilleros: Crady, Moreda, Avello... dieron lugar a una huelga general en Xixón en el 83.
Lo importante a partir de estas primeras huelgas y luchas, es que los métodos de lucha ya se basaron en hacer la huelga y no marchar para casa y en aquella época el comité de la Duro nos dotamos de un periódico, La Voz de Duro, que editábamos en Portugal, porque aparte de pertenecer a los astilleros pertenecíamos a la Duro Felguera y la empresa se vio obligada a sacar otra revista porque la teníamos abrasada y hacíamos huelga y parábamos montajes: Felguera Melt, El Tallerón, el Dique, Fundición, todo lo de Barros, y el trabajo clásico: el periódico, la asamblea, la hoja informativa, la salida a la calle y eso formaba sindical y políticamente y, como estaba inmerso en la lucha contra la dictadura, no era una lucha sindical pura, se conformaba una conciencia de lucha militante que dio lugar a una gente preparada, que dio lugar unos métodos de lucha haciendo barricadas. Otro ejemplo: cuando la primer huelga de solidaridad con Censa en el 78, cuarenta y tantos días de huelga, no los conocíamos de nada estaba en un polígono de Porriño en Pontevedra y vinieron las mujeres para acá, hubo encierros en las iglesias y la primera barricada que hicimos la hicimos aquí mismo, donde la Caja de Ahorros. El Noroeste la tituló “Gamberrada con CENSA”, nosotros mismos nos asustamos, porque quemamos un camión, y pensamos: aquí vamos todos presos.
Cuando nos segregaron en el 84 y quedamos ya sólo como astillero hicimos otro boletín informativo Mar de Fondo que tenía una utilidad inmediata y metías línea sindical y política y junto con algún chiste. Buscamos siempre estar con la gente, con sus problemas, con lo que le preocupaba.
En nuestras luchas, en los 80 había jóvenes del Revillagigedo, de la universidad; había momentos que había 200 chavales con nosotros dentro. Nosotros siempre fuimos muy solidarios con los insumisos. Para un juicio bajamos del astillero desde la asamblea toda la fábrica en solidaridad con los insumisos. Esa conciencia y solidaridad que das, después tú la recibes.
Felipe González estudió el tema, incluso con psicólogos, para ver como podía doblegar esa conciencia que hay en Asturias, de tal manera, pensaba, que hagan lo que hagan no van a conseguir lo que quieren. Si tú sabes que vas a luchar y no vas a conseguir nada, no luchas. Es el síndrome de indefensión aprendida. Entonces Felipe González dijo: “luchéis lo que luchéis yo no voy a dar marcha atrás en las medidas”. Siguió con las reconversiones, la de Solchaga, etc. pero en el Naval no nos rendimos. Porque en el Naval la gente estaba muy convencida por todas las luchas que había ganado con barricadas y tal, había aprendido que resistiendo y luchando conseguías cosas.
Nosotros, todos los martes y todos los jueves, del 83 al 86, a la calle, sin faltar. ¿Que pasó? No hubo ningún despedido, a unos los llevaron para Ensidesa, a otros para la Junta del Puerto, nadie quedó en la calle.
Cándido: De los 70 lo importante era que de aquella había muchas luchas reivindicativas, que generaban muchísima solidaridad. El conflicto de Marítima, la culebra que se hacía para ir informando a todas las compañías, los tajos, después se hacía asamblea y se paraba todo ganándose la solidaridad. De aquella, los sindicatos no jugaban el papel de dividir a la clase trabajadora como están haciendo ahora. Que lo pactan absolutamente todo por arriba, renuncian al proceso asambleario, de información y participación de los trabajadores y eso generó una atomización e insolidaridad que hoy se mata un trabajador en la fábrica durante la jornada laboral y el de al lado sigue trabajando; hay una deshumanización total. Y ya veis, haya los accidentes laborales que haya, una concentración en la Plaza América de Oviedo y nada más, se acabó.
P.: Del 76 al 78 los sindicatos se oficializan. CC OO empieza a convertirse de “movimiento sociopolítico” en una estructura sindical en la que se van a convertir en un “sindicato de orden”. Se ve claro que no es el vuestro caso, que no encajáis en este modelo que mantenéis otra línea sindical y sobráis.
Cándido: En los 73-76 y hasta el 78 todavía los sindicatos, forzados por la dinámica asamblearia y de participación de los trabajadores, todavía participaban. Empezaron a descolgarse a partir de los Pactos de la Moncloa, ya empezaron a negociar por arriba a espaldas de los trabajadores y ahí empezaron las diferencias de las luchas de antes y las de ahora.
De los 80 para acá, en los astilleros se consiguió mantener por la tradición histórica y los procesos seguidos, la dinámica de unidad y todas esas luchas se consiguieron mantener con participación total, generaron un poso que se mantiene hasta hoy y si va mermando es porque las plantillas van mermando. Pero esas luchas no fueron sólo aquí, fueron en todo el sector Naval, fue en Cádiz, fueron los 23 de El Ferrol a principios de los 70 finales de los 60 que los condenaron a un montón de años de cárcel.
En la asamblea, tú decías: oye, mañana paramos en solidaridad con los despedidos de Marítima y era como si tocases el silbato. Y había participación de todos los trabajadores, cada uno decía lo que quería.
Mantener los procesos asamblearios, debates, participación, es fundamental. Ahora dicen que está “obsoleto”, que ya no se lleva; pero para nosotros es una experiencia histórica a continuar con ella. En Naval Xixón mantenemos las diferencias pero seguimos con los métodos de asamblea, y luego con el tiempo, cuando se comprueba que lo que decías era verdad, que la empresa lo que quiere es echar o despedir, o lo que sea... pues los trabajadores se dan cuenta.
Solidaridad, unidad de acción y todo el proceso que ahora no existe; los sindicatos hacen sindicalismo de despacho. Se dan casos que cierran empresas y los sindicatos pactan el cierre, sin que los trabajadores lo sepan. Las federaciones de los sindicatos negocian el cierre de empresas sin decir ni mú. En el 86, en la privatización de Izar, los trabajadores votaron en contra y al final los sindicatos acabaron firmando sin el consentimiento de los trabajadores. A nosotros en Naval Xixón nos pasó lo mismo. Un expediente de extinción de contratos y prejubilaciones donde nos incluyeron a nosotros, la asamblea votó que no y a la semana siguiente tenían el acuerdo firmado.
P.: Tenéis las diferencias con las cúpulas regionales y las federaciones estatales, pero eso también os diferencia de sus afiliados. ¿Cómo resuelven éstos las contradicciones con sus dirigentes?
Cándido: Primero que los afiliados son los que sufren el despido y no los dirigentes. Y después se escudan mucho en las asambleas. Las asambleas fueron siempre un escudo protector para los afiliados de los otros sindicatos, pero eso tenía un plazo porque cuando intervenían ya, imponiendo una posición sindical, metiendo miedo, “si no aceptamos esto mañana tenemos un expediente”, etc. y a última hora cuando ya teníamos los barcos, entonces nos decían “pero bueno ya tenéis obra; para qué continuáis, para qué...”
Pero todo el mundo sabe que si se consiguió obra y barcos fue precisamente por las movilizaciones, las barricadas, etc. Pero cuando se vuelve a trabajar es cuando empieza el proceso nuestro, acusados de quemar un coche, etc., por eso seguimos.
A lo mejor la gente tenía miedo de estar afiliada a la Corriente Sindical de Izquierdas (CSI) porque contra la CSI se generaba cierta represión, estaba mal visto estar en la CSI, a lo mejor no ascendían de categoría y tal... y estaban en los otros sindicatos. Pero a la hora de tomar decisiones, con expedientes de despidos: “¡Hostia! yo voy votar a los que sé que me van a defender en la calle como sea y que se juegan la vida por salvar los puestos de trabajo.”
Morala: Mira nosotros nunca tuvimos mayoría y cuando nos consideraban derrotados, nosotros ganábamos y era porque nos votaba claramente gente afiliada a los otros sindicatos, tanto de UGT como de CC OO. Y esto pasaba porque había asambleas y la gente podía comprobar quién estaba en lo cierto, quién decía la verdad, quién planteaba la iniciativa, quién tiraba del asunto.
Y hoy, si fuésemos capaces de recuperar el proceso asambleario de participación de debate sindical, sería más fácil hacer sindicalismo con participación de los trabajadores. Generaríamos una clase obrera solidaria, combativa, etc. Hay una experiencia rica de los años 70 que es importante exportarla y contarla.
P.: ¿Cómo se os empieza a marginar?
Cándido: Nos empiezan a marginar los sindicatos los primeros. En la primera huelga de CENSA en el 78. A nosotros en el Naval nos expulsan de CC OO, nos acusan de hacer asambleas, de enfrentamientos con la policía donde salen tantos policías heridos y tal y de intentar secuestrar a Quini y a Kempes, menuda barbaridad... Nos echan de CC OO por actitudes antisindicales. Y del Consejo Local de CC OO de Xixón nos expulsan a todos porque teníamos posiciones alternativas a los Pactos de la Moncloa y a ese modelo de sindicalismo de pactos. Así, son los propios sindicatos quienes quieren acabar con un sindicalismo combativo, con estos métodos de lucha, etc. ¿Qué van a hacer entonces los empresarios?, pues evidentemente colaborar con los sindicatos. De ahí viene que toda lucha reivindicativa, combativa, con radicalidad había que eliminarla y ahí empezamos a sufrir la marginación, pero ya en CC OO. Y quedas a merced del empresario porque si los sindicatos no participan de estos métodos de lucha y a ti te despiden, pues no va a haber solidaridad por parte de tu sindicato.
Morala: Se hicieron cosas: cortar vías del tren, volar repetidores de la Telefónica, todo ello con el apoyo de los trabajadores en asamblea. Entonces, claro, si tú practicas un tipo de lucha radical y te aislas de la gente, duras menos que un caramelo a la puerta de un colegio. Pero con lo del sectarismo mucho cuidado: porque yo puedo ser muy radical y con cuatro amigos quemamos neumáticos todos los que queramos, pero no solos, ni aislados de la gente. Nosotros siempre llevamos una política con toda la gente de acuerdo, incluidos también UGT y CC OO y nunca separarnos de ellos, porque si no nosotros estamos aislados y a partir de ahí nos dan como quieran, como para el zorro. Esto siempre fue un tema crucial, sino era imposible. En este último plan había 170 trabajadores, y planteaban jubilar a 60-70 y claro metían a todos los de la CSI y quedamos con muy pocos afiliados en el astillero y casi no pudimos hacer la candidatura. La gente vio la jugada y se dio cuenta que si desaparecía la Corriente no había ninguna garantía de una resolución satisfactoria del Plan y del futuro de los que quedaban. A mí me echaron a la prejubilación, pero ya habían echado primero a Tuñón, a Óscar, a todos. Y a mí me echan dos días antes porque en el proceso electoral yo figuraba como elector, pero cuando vamos a presentar la candidatura me encuentro con la carta de prejubilación. Entonces ¿cómo es posible en esta situación que salgan 3 de CC OO, 3 de UGT y 3 de CSI si nos habían echado a todos los de la Corriente y yo era un jubilado obligatorio? UGT la primera con 7 votos de diferencia, después la CSI y después CC OO, pero en empleados, un sector más alejado que parecía una clase aparte, pero que son los que conocen más de cerca los problemas, porque están trabajando con papeles todo los días y saben de qué va el asunto, la CSI ganó pero con muchísima diferencia de votos, algo que nunca había pasado; arrolló, porque estaban comprobando que lo que nosotros denunciábamos era la realidad, que ellos veían qué era lo que pasaba por sus manos. ¿Cómo es posible? Pues porque nos votan los afiliados de los otros sindicatos.
Cuando nos encarcelaron, depende de los periódicos, pero unos decían 15.000 otros 20.000. Había mucha gente en la calle y eso no es el apoyo que tiene la CSI, no son los delegados que tiene la CSI, no es nuestra fuerza. Si no reconoces eso, te estás engañando. Entonces hay otra explicación.
En la película El Astillero se ve bien. La asamblea rechaza el expediente. Y qué dice Eduardo Donaire (secretario general de UGT Asturias): “Nada, nos juntamos los afiliados de la UGT, los de CC OO y a presionar a los afiliados”; hay que tener en cuenta que a esas reuniones de cada sindicato no van todos, van los mas dóciles y deciden que UGT acepta el expediente. Por el lado de CC OO también Maximino García (Secretario General de la Federación Minerometalúrgica de CC OO) llama a los suyos y presiona: “este expediente lo hay que apoyar por encima de todo” y en la huelga de eventuales sometieron a votación lo que ahora está pasando: el cierre del astillero. Nosotros en aquel momento fuimos muy claros: si se firma este acuerdo, lo cedemos absolutamente todo. Firmado. Echan a los 240 trabajadores eventuales, después hay unas 100 prejubilaciones y resulta que fuimos a un conflicto para defender 200 puesto de trabajo y salimos con 400 menos.
Fue muy duro: allí se vio a padres defendiendo el despido de sus hijos. En el paquete también venía que los terrenos que eran propiedad de los trabajadores y era una carta a jugar para el caso de que se quisiese quebrar la empresa, tuviesen que buscar una salida negociada, como se hizo con Astilleros del Cantábrico. Pues bien estando los trabajadores en la calle, se negoció con los terrenos y unos fueron para Ensidesa y para otros lados.
Nosotros también teníamos ese acuerdo pero PYMAR dijo: “¡Alto! Los terrenos tienen que volver a la empresa, que la empresa pueda volver a hipotecarlos cuando lo necesite para asegurar la viabilidad...” y ahora ya no son de la empresa, son de PYMAR y ya pidieron la recalificación de los terrenos para convertir suelo industrial en suelo urbanizable.
Los eventuales están todos agradecidos, porque aunque de aquella quedaron en la calle, como aprendieron un oficio y eran todos buenos profesionales pues todos fueron encontrando trabajo en la Thysen, en El Tallerón, en Duro Felguera, muchos de ellos fijos. Recientemente Naval Xixón los llamó porque los necesitaba y algunos volvieron, pero otros no quisieron volver porque ya tenían puesto fijo y estaban bien.
Puedes perder la lucha, como esos eventuales, pero no la pierdes de cara a la gente. Siempre te quedan cosas entre las uñas. Lo de no aislarse, procurar siempre ir con la gente de CC OO y UGT a nivel de fábrica, etc., crea escuela sindical. Los eventuales aprendieron ahí mucho. Y esos que están en otras empresas están haciendo sindicalismo. Aquí aprendieron en el cursillo y trabajaron con obra real: el mismo salario que los fijos, sin horas extraordinarias... en el 2004-2005 se consiguieron barcos, se volvió a trabajar, hubo más prejubilaciones y quedaron 99 trabajadores y ahora piden jubilar a otros 50.
La verdad es que nos van venciendo por inanición, pero la gente siempre tuvo claro que la garantía para las huelgas, para la protestas es que estuviera la Corriente. Nosotros siempre procuramos tener toda la información: estar muy bien informados es fundamental, tener todos los datos, saber las intenciones del patrón en cada momento y esto para los trabajadores es una garantía, porque tienes que combinar siempre la lucha y un tipo de lucha, con soluciones concretas... esta práctica sindical siempre la hicimos. Siempre había un sindicalismo de la CSI distinto del de los otros.
Nuestro sindicalismo chocaba más con las cúpulas sindicales y nosotros nos arreglábamos con los afiliados a nivel de empresa. En lo general podemos decir lo mismo: “No a los expedientes de regulación de empleo, no a los accidentes laborales, no a la siniestralidad, no a los despidos...” pero el problema es “en qué se sustancia esa oposición”.
Nosotros decimos: “si hay un despido, a la huelga; frente a un despido la solución siempre es readmisión. No a la siniestralidad laboral. Vale, vamos a denunciarlo a la Inspección. ¿Un expediente?: decimos no a esta regulación, vamos a salir a la calle a denunciarlo y protestar”. Es ese discurso general en el que podemos estar todos de acuerdo, pero es en el terreno concreto donde más nos diferenciamos.
Es lo que nos marcó más como sindicato, que lo que decíamos lo hacíamos, no como ellos que lo dicen en general pero en lo concreto no lo hacen. Nuestra coherencia marca la diferencia.
Cándido: El último Expediente de Regulación de Empleo en Naval Xixón que se firmó fue fraudulento, porque la empresa lo solicitó teniendo carga de trabajo, pero como le salía más barato construir el barco fuera de aquí decidieron hacerlo en Ucrania. Pero el buque estaba financiado por el gobierno español y por el asturiano y hacen la regulación de empleo, lo firman los sindicatos y la Consejería asturiana lo aprueba. Nosotros lo denunciamos como fraudulento con sus propias leyes. Y se aprobó igual. Fijaros la connivencia que hay entre sindicatos, patronal y gobierno, porque se tenía que haber echado abajo porque en esas condiciones y según sus leyes, no se podía hacer regulación de empleo. Pero claro como lo firmaban los sindicatos y el comité de empresa... Para esto si valía lo que dijese el comité de empresa.
P.: Incluso esas acciones más radicales que después acusaban de “terrorismo”, estaban apoyadas... nunca fueron aisladas...
Morala: Dirigidas y acordadas en la asamblea del Astillero y la prueba de poder mantenerlas contra viento y marea después de todas las descalificaciones habidas y por haber en los medios de comunicación: que si Jarrai, que si kale borroka, que si GRAPO... porque de todo nos acusaron. Y es cierto que nos lo pusieron difícil al principio de la reconversión, que nos acusaban de ser trabajadores privilegiados, porque en el desempleo cobrábamos buenos salarios y es verdad. Pero nosotros decíamos que no a esos salarios, nosotros decíamos queremos trabajar. Porque sabemos que el desempleo nos iba a llevar a una situación irreversible. Un año, dos años en el desempleo cobrando bien y luego incluso nos ponían el contador a cero. Era un privilegio y nosotros lo sabíamos. Agotábamos el paro y volvían a ponernos el contador a cero. Con eso conseguían echarnos a la opinión pública en contra. Mucha gente no entendía que colgáramos un camión de la grúa y tuviésemos paralizado Xixón 15 días. La gente nos increpaba porque decían que estábamos cobrando, no trabajábamos y para encima no dejábamos trabajar a los demás colapsando Xixón. Pero nosotros explicábamos que sí, que estábamos cobrando pero lo que queríamos era trabajar y por eso teníamos el camión colgando... Pero bueno, con el paso del tiempo se fue entendiendo, sobre todo en Xixón, que lo que queríamos era trabajo porque el desempleo tenía un principio y un final.
Cándido: Yo me acuerdo cuando la única vía de comunicación para Xixón era por delante del astillero y colgamos la viga, doce días estuvimos y la levantamos en vísperas de Nochebuena y la primera vez salimos a megafonear para pedir apoyos y recibimos muchos insultos. Que si cobrábamos y no trabajábamos, etc. La segunda vez que cortamos el tráfico con el camión, la posición del pueblo de Xixón era totalmente diferente. Se fue generando con la dinámica de trabajo de explicación, de hojas informativas y tiempo y tiempo, asambleas en asociaciones de vecinos, en locales sociales, culturales... Eso es muy importante para mantener la lucha: ganarte la complicidad, la solidaridad de la gente.
P.: Hablemos de los ámbitos de la solidaridad. Es diferente en el barrio donde se ubica el astillero, en La Calzada, que por ejemplo lo que pasa con las instituciones, porque en el 79 entrabais en el ayuntamiento, pero luego determinados canales que son prestigiosos, los institucionales, se van a ir cerrando.
Morala: En la huelga general del 83, el que leyó el comunicado fue Palacios, el anterior alcalde del PSOE que luego echaron...
En el 74 ya no eran lo años duros de la dictadura y de aquella conocías a Areces (actual presidente autonómico), a Felgueroso (actual alcaldesa de Xixón), a todos y cuando accedieron a las instituciones, pues al principio tenías una entrada institucional. Cuando bajamos el camión de la grúa, Areces vino a abrazarnos y eso fue después de una pelea durísima. Es verdad que después de la dictadura, con los primeros ayuntamientos de izquierda, tenían todavía ese poso y teníamos entrada. De hecho en una ocasión, Areces siendo alcalde pues fue a Madrid a buscarnos para los astilleros un parche, pero que también era una solución parcial en aquel momento y a él le interesaba ¡y bien que lo rentabilizó!
Pero ya en los 80 no nos dejaban y entonces entrábamos a la fuerza. Todo muy organizado claro, porque si íbamos todos desde la asamblea al ayuntamiento pues o cerraban las puertas o estaba tomado por la policía. Así que iban delante unos pocos, como que iban a hacer alguna gestión, gente que sabíamos que iban a aguantar el tirón y otros por otro sitio haciendo barricadas para despistar a la policía. Y después íbamos al ayuntamiento y los compañeros se trababan dentro para que no cerrasen las puertas, y cuando llegábamos al ayuntamiento pues avalancha, y llevábamos a la policía por delante, porque sabíamos que dentro había quien nos abría las puertas y entonces entrábamos todos. Todo planificado.
Nuestro acceso al ayuntamiento justo se cierra en el 83, cuando el diseño de reconversión de Felipe González. Cuando la primera huelga general del 83 el ayuntamiento todavía apoya.
Pero el éxito de las huelgas generales en Xixón es un tema político y sindical y también es un tema organizativo.
Las últimas huelgas generales, ¿cómo hacía CC OO?: “Nos vemos en la sindical en Oviedo a las 6 de la mañana y vamos a parar a esa empresa y a la otra y a la otra...” Pero eso es antisindicalismo, va a llegar un momento en que los que entran a trabajar son más que los del piquete y estás creando contrapiquetes y con razón. Los conflictos no se pueden sustituir.
Nosotros hasta el 80 que nos echaron de CC OO y controlábamos los pequeños talleres, el metal, lo que hacíamos era: huelga general en Xixón. Los de cada polígono, Tremañes, Roces, La Calzada... todos allí en cada zona y iban parando todo y bajaban riadas de gente y la policía desaparecía claro, quién puede con eso. Nosotros hacíamos las cosas de manera distinta, pero todo ese tipo de sindicalismo lo fueron machacando con los pactos, con el consenso y fueron desapareciendo las asambleas en los polígonos. “No vayas a la asamblea, al piquete no hace falta que vengáis nadie”... y así vas matando el movimiento.
Cándido: Las cajas de resistencia fueron cruciales para nosotros. En las asambleas todo el mundo ponía sus 500 o 1.000 pesetas. Acababa la manifestación y muchas veces teníamos que gastar 600 ó 700.000 ptas. en reparar coches, cristales, etc. A los vecinos de la zona por donde había el conflicto, eso siempre se cuidó mucho; alguno se aprovechó, pero bueno sin problemas, el objetivo político era otro.
Todos los coches que se quemaron eran coches abandonados. Había un equipo encargado de ir mirando los coches que tienen la pegatina de abandonado y se la quitaba para que no lo retirase la grúa y esos eran los coches que se quemaban o alguno de algún compañero que ya lo iba a tirar para no pagar viñetas y nos lo daba.
P.: Claro, no es hacer una acción por libre y después ir a buscar el apoyo de los demás, era al revés, primero en las asambleas se discutía, se aprobaba, y después se hacían los equipos que lo desarrollaban, pero toda la asamblea sabía el tema.
Cándido: Estaba todo muy organizado, era muy importante el tema organizativo de la lucha, las huelgas, las manis. Había una serie de gente de confianza, y teníamos comisiones para todo: de propaganda, de apoyos, de ir a por los neumáticos, otros a por gasolina, de intendencia, de finanzas, de vigilancia, abogados, moteros y siempre todo el mundo sabía lo que tenía que hacer. Y todo a través de la asamblea, porque si no pierdes toda la fuerza.
P.: Y las acciones se van dando en un proceso escalonado, en que desde arriba se plantean recortes, expedientes, etc., es decir que cada vez que se planteaba un problema es cuando después vienen las acciones.
Cándido: No hay carga de trabajo, hacemos asamblea, manifestaciones y acciones y así todo.
Morala: En Xixón todo el mundo cuando tiene un problema en la empresa dice que hay que hacer como los del naval. ¿Por qué a los de La Camocha los meten en Hunosa con categoría y con todo? ¿Por qué del naval meten 700 ó 1.000 en Ensidesa y todas las eventuales de Ensidesa siguen en las contratas y llegan los del naval, los señoritos, y entran fijos? Autotex cerraron, indemnización y a la calle, Menasa cerraron y fuera. ¿Por qué?
La gente sabe que: “cagüen dios, como me despidan quemamos la casa santa”. La gente, en el Naval, siempre tuvo claro que la lucha paga, lo peor que me puede pasar es que me prejubilen; la minería lo tiene claro también, que la lucha paga, manifestaciones, enfrentamientos, voladores, artilugios... En Xixón hay una escuela de trabajo sindical y una experiencia de lucha que hace que todos sepan que la lucha consecuente, organizada, unitaria, y masiva, paga.
P.: Sin embargo la experiencia del naval y la experiencia de Xixón sigue siendo una experiencia aislada. Es decir si se hubiese generalizado tendríamos otro panorama, los de La Camocha aprendieron, pero ¿por qué otros no?
Morala: En los años 70 había huelgas políticas con presos, detenciones… pero en el naval a partir del 80 empieza la reconversión y cada cuatro años iban a por nosotros queriendo cerrar, se parcheaba un poco y a los cuatro años otra vez a la carga, otra vez que querían cerrar y otra vez conflicto y luchas. Era una agresión constante cada 4 años y aprendías cada vez más, sabías por donde venían, sabías qué querían, porque había muchos metros cuadrados para urbanizar, muy golosos. Y no es lo mismo la situación de un conflicto por el convenio, que el hecho de que te quieran echar para casa.
En la CSI tenemos unas ideas de que lo radical no tiene que ser aislado de la gente, eso y la solidaridad es la razón de aguantar y de los éxitos. Y la coherencia: no vamos diciendo una cosa y haciendo la otra.
También la influencia nuestra de la CSI allí donde nos fuimos extendiendo va con esta línea sindical, esa lucha de resistencia de seguir y seguir.
Cándido: Hay un tema que queda claro y es que sin pelea no hay logros. Todo el mundo sabe que este sindicalismo de pactos lo único que nos está dando son retrocesos continuos, si miras la situación desde los Pactos de la Moncloa para acá: ANEs, AMIs, y vemos que lo que nos trajo es precariedad laboral, prestamismo laboral, ETTs, aumento de los accidentes laborales, incremento de la jornada laboral. Pero quién habla de la jornada de 35 horas si en obra civil de carreteras y puertos se trabajan 12 diarias... entonces ¿dónde están los avances con este sindicalismo de pactos? Ninguno, todo para atrás y eso se puede analizar tema por tema desde el 78. Ahora fallan en magistratura despido improcedente, te indemnizan y a la calle y cada vez con menos dinero.
P.: Para terminar, hablemos de vuestro encarcelamiento.
Cándido: Decidimos crear una plataforma contra la represión y por las libertades. No era lo mismo reclamar la solidaridad desde la Corriente, que una plataforma, un ámbito unitario para un problema concreto.
En todo el proceso que conduce a nuestro encarcelamiento está implicado un delegado del gobierno, un ayuntamiento gobernado por el PSOE con IU y la policía con un infiltrado. Se dan todos los ingredientes de un contubernio político-sindical-institucional-judicial-policial. La connivencia porque el ayuntamiento pone la denuncia, la policía que pone los nombres, sigues por el delegado del gobierno que deja que vaya a declarar un policía infiltrado... y el ayuntamiento, ¿cómo colabora? Pues daños a bienes municipales de menos de 400 euros es falta pero más es delito, con lo cual hincha la factura, meten en ella lo de un coche, un banco, un semáforo del que nadie nos acusaba y, claro, después la policía dice que el cajetín se reventó con artefacto explosivo, lo que se conoce como un petardo -textual en la denuncia policial- y se cierra el círculo.
Y buscamos desde el principio una fuerte campaña para denunciar ese complot, con asistencia de 1.000 y 2.000 personas a los juicios, manis de más de 15.000. Porque ellos buscaban un escarmiento para que la lectura fuera: “veis lo que les pasa a aquellos que luchan, los radicales, etc. a la cárcel y van a estar los tres años.”
Las formas en que nos detuvieron con un coche camuflado... nos secuestraron a plena luz del día. A cualquiera se le notifica: “preséntese Vd. en comisaría tal día...”
Pero la gente sabe que no fueron Cándido y Morala los que quemaron el cajetín, lo sabe todo el mundo en el astillero, porque saben quién fue, lo saben los afiliados de los otros dos sindicatos y se lo dijeron a sus cúpulas: que no fueron Cándido y Morala. Los de CC OO fueron a IU y dijeron que no fueron ellos sino éste, éste y éste... Y Churruca (concejal de IU en Xixón), que trabajó en la fábrica, sabe quiénes fueron. Sabe que no fuimos, pero estaban ya hasta arriba de nosotros y dijeron: “a ver si ahora que están jubilados y en casa y ya no tienen el apoyo de la gente porque los echamos y los aislamos. Ahora es la nuestra, les vamos a dar y las van a pagar todas juntas, terroristas, no se qué, y ahora a la cárcel.”
Ven que es el momento de ejemplarizar, porque ellos calculan que todavía tienen que pasar por un proceso importante porque se tienen que cargar lo que queda de Naval Xixón y de Juliana; entonces, “ejemplarizamos, metemos a éstos en la cárcel y si nos sale bien, lo demás va rodado”. Pero no les salió.
Cuando nos metieron en la cárcel volvieron los trabajadores a quemar el cajetín para decir: mira, están en la cárcel y no fueron ellos. Y no pudieron hacer nada. No les salió bien, pero hay que estar atentos, porque mañana les puede salir.
Xuan M. Gonzalo "Eve"
Publicado en: Viento Sur, nº99 (septiembre 2008).
Fuente: Viento Sur.
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