El cielu por asaltu

Recuperar la dignidá, recuperar la llucha. Documentos pa la hestoria del movimientu obreru y la clase obrera n'Asturies.

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miércoles, septiembre 16, 2009

Los iconos de la Revolución

Un desconocido «Tomás» y el escultor Cheché firmaron ya en 1937 los dos carteles que mejor emblematizaron el espíritu de 1934 desde el punto de vista de la izquierda

Cada acontecimiento histórico del siglo pasado tiene sus imágenes, convertidas en muchos casos en iconos. También la Revolución de Asturias de Octubre de 1934. Resulta casi imposible pensar en los acontecimientos que se desarrollaron en el Principado entre el 5 y el 18 de octubre de ese año sin visualizar de inmediato la imagen colosalista de un minero que, fusil al hombro y con un cartucho de dinamita encendido en la mano derecha, se dispone a lanzarlo protegiendo una alambrada tocado por una boina en la que figuran las siglas «UHP»: «Uníos, hermanos proletarios»; de fondo, un estilizado grupo familiar de madre y dos niños y el sinuoso horizonte verde de las montañas asturianas. El poderoso conjunto forma parte de uno de los carteles más reproducidos y afectivamente e ideológicamente cargados de toda la historia del género en España. Y, como otros relacionados con los acontecimientos del Octubre asturiano, fueron diseñados e impresos años después de la Revolución, cuya urgencia y fugaz desarrollo impidió ningún otro tipo de producción impresa que bandos y llamamientos puramente tipográficos.

Como conviene a todo lo que está envuelto por un halo mitológico, el cartel está envuelto en una casi absoluta ausencia de datos. De su autor -que firmó «Tomás», con un nombre, o apellido, curiosamente tan vinculado a la Revolución como el del líder gijonés Belarmino Tomás- nada se sabe, y apenas se conservan muchos más datos de la producción del cartel mismo. Se imprimió en las máquinas de Gráficas Valencia, en la capital del Turia, con posterioridad a la caída del frente asturiano, a finales de 1937, y, como otros carteles de la época en torno al mismo asunto, tuvo como eje la consagración icónica e ideológica del 34 en Asturias; como escribe el especialista asturiano Francisco Crabiffosse Cuesta en el catálogo «El cartel en Asturias», «el emblema por excelencia de una izquierda que mitificará estas jornadas hacia el final de la Guerra Civil», cuando más combustible propagandístico necesitaba una República que encaraba la derrota.

El pretexto para la recuperación iconográfica del 34 fue en este y en otros casos el auxilio a las familias de los revolucionarios que sufrieron represalias o exilio tras su participación en los acontecimientos del Octubre asturiano. Socorro Rojo de España, tal como figura en la leyenda «Octubre 1934-1937. Hoy como ayer el Socorro Rojo de España cuidará de vuestras familias», fue la entidad que encargó el cartel, que ha atravesado el siglo como uno de los más vigorosos y épicos recordatorios del obrerismo insurrecto en España, y que aún hoy sigue siendo invocado en numerosas ocasiones por la izquierda asturiana.

Igualmente épico y de una calidad gráfica excepcional es el cartel firmado por el escultor y cartelista vallisoletano Juan José Moreno Llebra, «Cheché», que también al servicio de Socorro Rojo y también en Valencia, recrea la Revolución del 34 con una composición iconográfica con muchos puntos en común con la del canónico cartel de Tomás. Crabiffosse, en la obra citada, describe la figura central del dramático e impresionante afiche como «una figura de busto» que «se impone ciclópea con un rostro en cuyo semblante se conjugan energía y serenidad». En este caso las siglas «UHP» aparecen conformando la alambrada que simboliza la resistencia obrera, tras la cual se alza el titánico busto que domina la composición, y que Cheché dibujó inspirándose en los mineros que conoció en Asturias en 1933.

J. C. Gea


Publicado en: La Nueva España, 17 de mayo de 2009.
Fuente: La Nueva España.

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