PCE en Asturies: algo pasa
“Mientras yo esté en el Comité Central actuaré de forma autónoma en el tema de Dolores, aunque me gane la impopularidad de la organización de Oviedo”. Esta ha sido la contestación de S. Carrillo, a la pregunta de por qué el Comité Central no había respondido a la petición de sustitución de Dolores Ibárruri, como diputada por Asturies, formulada por la Conferencia local del PCE en Oviedo (Noviembre-77).
La reciente visita de Carrillo a Asturies y, en particular, su encuentro con los militantes de Oviedo, puso de manifiesto la existencia de cierto malestar ante la política adoptada en los últimos tiempos. De boca de algunos militantes del PCE recogemos los temas que más parecen preocupar a muchos miembros del partido en Asturies.
Ven, en primer lugar, cómo se pone todo el acento en el parlamentarismo con evidente detrimento de la acción de masas. Tal política se ve favorecida por el cambio en los métodos de organización; al pasarse de la célula a la agrupación, el partido queda totalmente desprovisto para la acción de masas, ya que se carece de organización estable. Así, en el movimiento obrero, donde toda la política se realiza a través de CCOO, se confunden los objetivos de este sindicato con los del partido. La incompatibilidad de cargos políticos y sindicales es otro de los temas que, según ellos, enfrenta a la base con la dirección, ya que para la política parlamentaria de ésta, es necesario mantener muy controlado al movimiento obrero.
Tras tirar por la borda el leninismo y el centralismo democrático —siguen diciendo los citados militantes— se va hacia un partido de masas, cuyas únicas preocupaciones son de orden electoralista, tales como robarles votos al PSOE y a la UCD… Sin embargo, la política eurocomunista no se corresponde con la democracia interna; en el partido, según la dirección, se puede discutir, pero la discusión no puede salir fuera, pues alimentaría la campaña antipartido que se está desarrollando (esto justifica la censura de la información que el “Mundo Obrero” ofrecía de la Conferencia de Oviedo, o el secuestro por algunos miembros del C. regional de un número de “Verdad”, órgano del PCE de Asturies). No obstante, Carrillo afirma que “la estructuración del partido, con gran afluencia de militantes, exige tiempo”.
Así las cosas, el IX Congreso del PCE se celebrará en Abril. Empero, algunos militantes opinan que va a ser una farsa: desde arriba se ha establecido una política y la base no ha sido consultada para nada. “El Partido tiene miedo a la base, la Dirección tiene miedo a la base, a que conteste demasiado en las conferencias”. Para el Congreso hay 15 tesis sobre política y los Estatutos, pero hoy, a poco más de un mes de la celebración, no ha sido discutido el material. Aún más, se desconoce cuál va a ser el programa de discusión y si tan siquiera habrá posibilidad de presentar enmiendas y conocer las presentadas. Quizás el Comité Regional de Asturies ya sepa la respuesta…
Publicado en: Servir al pueblo (periódico del Movimiento Comunista), nº92 (segunda quincena de febrero de 1978).
Digitalización: El cielu por asaltu.
La reciente visita de Carrillo a Asturies y, en particular, su encuentro con los militantes de Oviedo, puso de manifiesto la existencia de cierto malestar ante la política adoptada en los últimos tiempos. De boca de algunos militantes del PCE recogemos los temas que más parecen preocupar a muchos miembros del partido en Asturies.
Ven, en primer lugar, cómo se pone todo el acento en el parlamentarismo con evidente detrimento de la acción de masas. Tal política se ve favorecida por el cambio en los métodos de organización; al pasarse de la célula a la agrupación, el partido queda totalmente desprovisto para la acción de masas, ya que se carece de organización estable. Así, en el movimiento obrero, donde toda la política se realiza a través de CCOO, se confunden los objetivos de este sindicato con los del partido. La incompatibilidad de cargos políticos y sindicales es otro de los temas que, según ellos, enfrenta a la base con la dirección, ya que para la política parlamentaria de ésta, es necesario mantener muy controlado al movimiento obrero.
Tras tirar por la borda el leninismo y el centralismo democrático —siguen diciendo los citados militantes— se va hacia un partido de masas, cuyas únicas preocupaciones son de orden electoralista, tales como robarles votos al PSOE y a la UCD… Sin embargo, la política eurocomunista no se corresponde con la democracia interna; en el partido, según la dirección, se puede discutir, pero la discusión no puede salir fuera, pues alimentaría la campaña antipartido que se está desarrollando (esto justifica la censura de la información que el “Mundo Obrero” ofrecía de la Conferencia de Oviedo, o el secuestro por algunos miembros del C. regional de un número de “Verdad”, órgano del PCE de Asturies). No obstante, Carrillo afirma que “la estructuración del partido, con gran afluencia de militantes, exige tiempo”.
Así las cosas, el IX Congreso del PCE se celebrará en Abril. Empero, algunos militantes opinan que va a ser una farsa: desde arriba se ha establecido una política y la base no ha sido consultada para nada. “El Partido tiene miedo a la base, la Dirección tiene miedo a la base, a que conteste demasiado en las conferencias”. Para el Congreso hay 15 tesis sobre política y los Estatutos, pero hoy, a poco más de un mes de la celebración, no ha sido discutido el material. Aún más, se desconoce cuál va a ser el programa de discusión y si tan siquiera habrá posibilidad de presentar enmiendas y conocer las presentadas. Quizás el Comité Regional de Asturies ya sepa la respuesta…
Publicado en: Servir al pueblo (periódico del Movimiento Comunista), nº92 (segunda quincena de febrero de 1978).
Digitalización: El cielu por asaltu.
Etiquetas: Transición
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