El cielu por asaltu

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jueves, mayo 29, 2008

Fundación y aproximación a su identidad ideológica

FUNDACIÓN Y APROXIMACIÓN A SU IDENTIDAD IDEOLÓGICA

Hasta mediada la década de los cincuenta, la izquierda y las organizaciones del movimiento obrero español seguían siendo básicamente las mismas que en la República y en la Guerra Civil: socialistas, comunistas, anarquistas, anarcosindicalistas y los fermentos de signo nacionalista. Sin embargo, a partir de aquellos años se produce una lenta eclosión de grupos y formaciones, cuya complejidad ideológica era resultado de la reelaboración teórica y de la represión de la dictadura franquista.

El PSOE, dirigido desde el exilio, ofrecía un panorama fragmentario y reducido, con algún grupo en Cataluña, Valencia, zona industrial del País Vasco y personas en otras regiones. En realidad, su mayor potencialidad residía en su influencia ante los partidos socialdemócratas de Europa occidental, según una apreciación de 1970:

El PSOE ha perdido influencia constantemente como partido político, aunque reteniendo algo de su influencia sindical (lo mismo, aunque de una manera más extensiva todavía, ha ocurrido con los anarquistas cuya actividad política actualmente, es bastante irrelevante). El PSOE ha sido incapaz de atraer sectores amplios de trabajadores jóvenes con la sola excepción de la zona industrial vasca; no tiene implantación alguna en las universidades). (78)

La situación del PCE era totalmente diferente. Superada la posguerra, abandonada la lucha guerrillera y tras lenta reconstrucción y fracasos (Huelga General), su política oficial a finales de los sesenta se podría resumir en las consignas de “Reconciliación nacional” y el “Pacto por la libertad”; una salida democrática a la dictadura como condición a una transformación socialista. En este sentido, su apoyo a la Primavera de Praga y su coherente condena de la invasión soviética de Checoslovaquia son claros exponentes de aquella política. En aquel momento su influencia ya era preponderante en Comisiones Obreras.

Sin embargo, también en la década de los sesenta adquirieron cierta influencia nuevos grupos revolucionarios. Por una parte las organizaciones “Frente”: Frente de Liberación Popular (FLP), Front Obrer de Catalunya (FOC) y Euskadico Socialisten Batasuna (ESBA), aunque el FLP desaparece a finales de la década. De otra, las propias escisiones del PCE (grupo Claudín-Semprún, grupos marxistas leninistas y el Partido Comunista Internacional).

Mayo del 68 significó el comienzo de otra época para la izquierda europea debido a la postura que adoptaron en Francia el PS y el PCF frente a los nuevos movimientos y, al mismo tiempo, porque supuso la recuperación e irrupción de otros pensamientos: anarquismo, autores heterodoxos del tiempo de la III Internacional, trostkysmo, maoísmo... junto a otros más recientes como H. Marcuse, J. P. Sartre... y las experiencias del entonces “Tercer Mundo” por ejemplo, el guevarismo.

Este variado roquedal ideológico constituye un espeso laberinto de grupos políticos cuya enumeración resultaría aquí excesiva. Sus coincidencias básicas en la mayoría de los casos residían en la primacía de la revolución socialista sobre la revolución democrática con las consiguientes consecuencias en el terreno sindical y político y en la proyección exterior, el énfasis en la solidaridad con los movimientos de liberación del Tercer Mundo: Vietnam, Cuba, palestinos..., y simultáneamente, un rechazo generalizado, aunque con excepciones, con las experiencias del “socialismo real”.

En el momento en que se genera aquella ola de nuevos partidos y movimientos, se produce la constitución en Gijón de las Comunas Revolucionarias de Acción Socialista (CRAS), pero con unas características suficientemente particulares que vamos a tratar de analizar en las páginas siguientes.

HARTMUT HEINE analiza la “Nueva Izquierda” española de aquella etapa (finales de los años sesenta) y concluye que sus raíces estarían en el comportamiento de los partidos “reformistas” y “revisionistas” en el mayo francés y en los acontecimientos que entonces mismo tenían lugar en Italia y en la relectura de autores como Lukács, Trostky, Gramsci, Gorter, Korsch... En aquel contexto incluye a nuestro grupo pero con bases teóricas muy eclécticas. (79)

CRAS, en efecto, comparte algunas de las notas con que RICHARD G0MBIN caracterizaba al “izquierdismo” en 1971:

(...) esa fracción del movimiento revolucionario que ofrece, o quiere ofrecer, una alternativa radical al marxismo-leninismo como teoría del movimiento obrero y de su evolución. Lo cual excluye en el acto todas las tentativas de renovación teórica que provengan de la socialdemocracia, ya que no son revolucionarias (es decir, no apuntan a la destrucción inmediata y total de la sociedad capitalista). Excluye también todos los intentos de oposición comunista o de renovación comunista, ya que no ofrecen ninguna alternativa (sino que se proponen volver a las fuentes leninistas o revolucionarias del comunismo). (80)

CONSUELO LAIZ, por su parte, ha expuesto las tres referencias ideológicas de las que parten…

(...) entre 1964 y 1969 (...) una serie de organizaciones con nuevos planteamientos de lucha contra la dictadura, (...) el nacionalismo, el catolicismo de signo progresista y social y el comunismo”. En el espectro de los partidos marxistas y, una vez autodisuelto en 1969 el Frente Popular de Liberación, van a proliferar por esos mismos años una serie de partidos y grupos, cuyas notas características fueron la “radicalidad”, la incorporación de componentes ideológicos posteriores al marxismo y al leninismo (maoísmo, guevarismo, castrismo...), la reincorporación de elementos teóricos marginados por los partidos de la III Internacional (anarquismos, trostkismo...) y el rechazo a la política del PCE. (81)

Esta misma autora traza además un tronco común de todas estas organizaciones que se puede resumir en dos ideas básicas: 1) La lucha de clases (...) entre la burguesía y el proletariado como vía que conduce a la revolución y 2) La revolución social como enfrentamiento decisivo que pretende superar el capitalismo). (82)

CRAS, contemporáneo de aquellas organizaciones y coincidente en algunos aspectos de este “tronco ideológico común” presenta, no obstante, unas características propias cuya singularidad interesa precisar.

A pesar de que CRAS sale a la luz en enero de 1969, la gestación venía de varios años atrás. RÚA afirma que su proyecto lo había hablado, entre otros, con Alfonso Sastre (entonces ya miembro disconforme del PCE), Eva Forest y Agustín García Calvo y que, de aquellas conversaciones surgieron las bases:

“Las condiciones mínimas eran: primero que fuera un movimiento de base, luego que fuera un movimiento antiautoritario, es decir, que no tuviera comités ejecutivos.”

El grupo coaguló a principios de 1969 en torno a dos documentos: uno denominado de “DE ORGANIZACIÓN” y otro “DE CONSTITUCIÓN” (83). Las líneas generales del primero las vamos a sintetizar a continuación.

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